Que la oposición venezolana crea un triunfo propio ante el chavismo, pues el Consejo Nacional Electoral (CNE) de su país ha autorizado el procedimiento constitucional que podría acabar en un referéndum revocatorio al presidente Nicolás Maduro, es un error.
Porque no ha sido su presión lo que convenciera a los miembros del CNE -todos afines al chavismo- que ya es hora de realizar este procedimiento constitucional contra Maduro, pues todo apunta a que la orden les llegó desde el oficialista PSUV (siglas del chavismo), mas precisamente de Diosdado Cabello quien, tras un interregno del vicepresidente Aristóbulo Istúriz, que reemplazaría al actual primer mandatario en caso que este fuere destituido, buscaría llegar al Palacio de Miraflores con políticas y discursos mas moderados, por lo que todo esto solo prolongaría el tiempo del chavismo en el poder.
Basta ver que Cabello, mas allá de defensas puntuales a Maduro, ha tomado respecto de este prudente distancia para posicionarse mejor, dentro del PSUV y frente a la sociedad ante una futura elección presidencial, por lo que, tras un hipotético interinato de Istúriz, y con algunos retoques en lo social y económico, sumado a un moderado discurso político alejado de la verborragia totalitaria del actual primer mandatario, Cabello probablemente lograría recuperar apoyo popular para el PSUV y prolongar así el sueño revolucionario del extinto Hugo Chávez.
La oposición venezolana solo ha logrado una victoria parcial que le es ajena pues, de la búsqueda de destituir a Maduro y convocar a presidenciales, Cabello es realmente el inspirador tras las sombras, e intentará convencer a propios y extraños que no miente, en sus promesas por alcanzar una presidencia que le negara Chávez antes de morir. Y la oposición convencer de que este maquiavélico chavista, que pacientemente ha esperado su hora, continuará con los desaguisados.
gerardoctkc@gmail.com
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