De los 54 países que forman el continente africano, solo tres han tenido una mujer presidenta a lo largo de su historia. Sin embargo, ni Liberia ni Malawi estaban en la situación en la que se encontraba la República Centroafricana cuando Catherine Samba-Panza llegó al poder. Abogada y empresaria de éxito, primero fue alcaldesa de Bangui, hasta que en mayo de 2014 un consejo nacional la designaba presidenta. En ese momento, el país se encontraba sumido en el caos, debido a los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. Pese a que pocos confiaban en ella, finalmente se convirtió en figura clave en el proceso de paz y transición democrática. Tras dejar el cargo el pasado mes de marzo, esta semana ha participado en el I Encuentro de Parlamentarias Canarias-África, que se ha desarrollado en la Cámara regional.
-¿Cómo llega a implicarse en un proceso político tan complejo como el que padeció su país?
“Fue un proceso de compromiso personal. Yo empecé como militante de los derechos humanos, de los derechos de las mujeres y los niños, y también me impliqué en el proceso de reconciliación y mediación de mi país. Además, era empresaria y fui elegida alcaldesa de la ciudad de Bangui, lo que me permitió tomar contacto con la población. Así que, cuando se inició la crisis, muchas personas consideraron que, teniendo en cuenta mi liderazgo, podía resolver los problemas y aportar cosas positivas a la resolución del conflicto”.
-¿Cómo aceptó el sector masculino su llegada a la Presidencia?
“Trabajé con muchos hombres jóvenes en distintos sectores cuando defendía los derechos humanos, y era una líder de opinión. Así que mujeres, hombres y jóvenes conocían mi trayectoria. Los hombres más mayores sí eran más reacios, y pensaban que la crisis era tan grave que decían que una mujer no podría resolverla. De hecho, algunos políticos no me daban más de tres meses en el cargo, porque pensaban que no iba a poder soportarlo. Y quizá por eso me decidí a llevar mi misión hasta el final, para demostrar que incluso en un momento tan difícil una mujer podía desempeñar una función tan delicada”.
[su_pullquote]La mujer está capacitada para asumir cualquier labor de responsabilidad hoy en día”[/su_pullquote]
-¿Cuál fue su primera decisión?
“Heredé un país devastado, sin estructuras, y al principio no sabía cómo actuar contra los grupos armados que se enfrentaban al Estado, ni cómo afrontar los problemas religiosos. Por eso, mi primera decisión fue hacer un llamamiento como madre de la nación para llamar la atención sobre el sufrimiento de la población”.
-Otra de las decisiones que tomó y que tuvo una enorme repercusión fue poner a disposición de la Justicia a destacados dirigentes políticos de su país, que están siendo juzgados por crímenes de guerra. ¿Por qué lo hizo?
“Cada cual debe ser responsable de sus actos. Eso es todo. Varias personalidades políticas actuaron de manera reprensible, y tendrán que rendir cuentas por ello. Yo no tenía por qué proteger a bandidos o a políticos indeseables, o a agitadores que llevaron al país a la situación en la que se encontraba. Por eso, nunca pensé en proteger a nadie, aunque eso pudiera tener consecuencias. Ahora serán estas personas quienes deberán responder por sus actos delante del Tribunal Penal Internacional”.
-Su llegada al Gobierno marcó un antes y un después para las mujeres no solo en su país, sino en toda África, porque demostró que están capacitadas para desempeñar labores de responsabilidad…
“Por supuesto. Tenía además el ejemplo de Ellen Johnson-Sirleaf, en Liberia, que llegó en similares condiciones a la Presidencia y se mantuvo gracias al apoyo de la comunidad internacional y la población. Yo también me apoyé en la comunidad internacional, que podía proporcionarme respaldo y recursos para poder resolver la crisis”.
-Desde Canarias se ve África como un continente de oportunidades. Sin embargo, la inestabilidad política y los conflictos generan mucha inquietud, ¿no cree?
“Los medios de comunicación a menudo presentan África desde un punto de vista negativo, como un continente donde hay muchos dramas, mucha pobreza, muchos problemas, y por eso muchos africanos se ven obligados a emigrar a Europa. Pero no es solo eso, también hay muchas oportunidades en África, porque tenemos recursos humanos, riquezas en el subsuelo, minerales, recursos agrícolas…, pero desgraciadamente no se da valor a todas esas oportunidades. Las propias autoridades africanas deben darse cuenta del potencial que tienen sus países, y valorarlo, para que África se convierta en un continente atractivo”.
[su_pullquote align=”right”]La principal causa de muchos conflictos en áfrica es la pobreza y la falta de trabajo para los jóvenes”[/su_pullquote]
-Uno de los principales gérmenes de la violencia actual en el mundo son los conflictos entre cristianos y musulmanes, que también afectan a muchos países africanos. ¿A qué cree que se deben?
“La principal causa es la pobreza, que en muchos países es extrema. Los jóvenes no tienen trabajo y son fáciles de manipular. Además, los políticos han explotado esta fragilidad para conseguir sus objetivos. Desgraciadamente, esto se ha traducido en rivalidades entre cristianos y musulmanes.”
-Encuentros como el que se ha vivido estos días en Tenerife y Las Palmas sirven para estrechar lazos y crear redes. ¿No cree?
“Sin duda. Las mujeres sí han comprendido que la cooperación, los intercambios y la creación de redes son aspectos fundamentales. Y precisamente por eso, la Fundación Mujeres por África ha tenido la idea y la iniciativa de reunir a mujeres africanas y canarias para favorecer esos intercambios. Este encuentro ha sido muy enriquecedor porque hemos compartido experiencias y puntos de vista para el futuro”.
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