En un abrir y cerrar de ojos, España encara unas nuevas elecciones legislativas después de cuatro meses de tomadura de pelo a los leones de las Cortes. La ocasión la pintaban calva y las contradicciones se presentaron de frente. El diputado de Podemos Alberto Rodríguez simbolizó un genuino estilo audaz.
-¿Qué cara se le queda a uno cuando ve a Rajoy en persona por primera vez?
“Sí, bueno… De la famosa foto no me enteré en el momento. La vi después en los medios de comunicación. La sensación fue agridulce. Por un lado, ver cómo sorprendentemente en el lugar donde reside la soberanía popular se respeta muy poco la diferencia y también nos llevamos la ilusión que nos transmitió la gente que nos esperaba por fuera del Congreso para celebrar que hubiéramos entrado”.
[su_pullquote align=”right”]“Izquierda Unida tiene una ideología más marcada. Nosotros somos una fuerza amplia y diversa”[/su_pullquote]
-¿Cómo son las relaciones personales en ese escenario?
“El contacto que mantenemos es con los diputados y las diputadas con quienes coincides en comisión. Ahí, dentro del debate de las enmiendas, estableces una relación que en todo caso es de respeto y de cordialidad, como no podía ser de otra manera”.
-¿Qué han aprendido los representantes de Podemos?
“Hemos aprendido muchas cosas. En el plano político hemos aprendido mucho debido a la intensidad de estos meses. Y, en el plano personal, que también es político, yo creo que he aprendido que soy una persona mucho más respetuosa de la que era antes del 20 de diciembre, he aprendido a encajar las críticas, a ser una figura pública, a que todo el mundo tenga una opinión sobre ti, que en general es buena pero también hay críticas y faltas de respeto y determinadas acusaciones que son campañas que buscan enfangar la política, hacer daño. Uno tiene que aprender a encajarlas”.
-Traspasada la puerta dimensional entre las promesas electorales y la realidad, ¿el programa lo ven factible?
“No solo lo vemos factible, sino que es necesario y urgente cumplirlo. El programa de rescate ciudadano que llevamos, de devolver la política, el país, a la gente es fundamental. La apuesta por los servicios públicos, por el estado de Derecho y el Estado de bienestar. Al fin y al cabo, que se respeten los derechos humanos es clave. Y en estos meses lo hemos demostrado. Si algo nos diferencia del resto es la coherencia. No tanto las rastas o que vayamos en vaqueros”.
-¿La coalición con Izquierda Unida cambia el planteamiento?
“Lo que va a cambiar es que hay más opciones de ganar. Ir juntos en una misma papeleta aumenta las posibilidades de desalojar al Partido Popular de la Moncloa y sus políticas. Esto no quiere decir que dentro de esta gran convergencia renunciemos a nuestra propia identidad. Izquierda Unida tiene una identidad más marcada en lo ideológico y Podemos va a seguir siendo una fuerza transversal, amplia y diversa que representa los intereses de la ciudadanía que quiere una vida mejor y más digna, sin detenernos en quién es más de izquierda o más de derecha, quién votó al Partido Socialista o al Partido Popular. A nosotros nos interesa lo que nos une, que es cambiar las políticas”.
[su_pullquote]“Creemos que es el momento de hablar de los ingresos, porque ya se ha dicho mucho del techo de gasto”[/su_pullquote]
-¿De qué manera se sostiene el Estado de bienestar?
“Hay un mantra que se repite mucho desde los grandes poderes económicos, las instituciones y los medios de comunicación, que es hablar del techo de gasto, de las obligaciones que las instituciones europeas nos imponen. Nosotros creemos que es el momento de hablar de los ingresos. Aquí tenemos grandes agujeros negros de dinero público que supondrían ingresos de miles de millones y que ayudarían a cumplir con los objetivos del déficit y a equilibrar las cuentas. Uno es el inmenso fraude fiscal y otro, la corrupción. El tercer pilar consiste en dinamizar la economía y crear empleo. Nos meten en una trampa los que nos hablan solo de gastos”.
-¿Qué es lo que hace Podemos por Canarias?
“Podemos es una voz fundamental en el desierto de la participación popular en las instituciones, en el que llevamos viviendo desde hace décadas. Lo que venimos a aportar es aire fresco, escuchar a la ciudadanía y servir de altavoz de los problemas de la gente, de los colectivos, de la sociedad civil”.
-Si la política está judicializada, ¿la justicia está politizada?
“El Partido Popular en las instituciones es un peligro para la democracia. Eso se ha visto en el caso del juez [Salvador] Alba. Todo el país se echó las manos a la cabeza al ver cómo un entramado empresarial, judicial y político pactaba una declaración para actuar contra la diputada de un partido diferente [Victoria Rosell]. Nosotros creemos que, por el bien del Estado de derecho y de la democracia, hay que desalojar al Partido Popular”.
-En el PP también andan con la mosca tras la oreja, porque cada vez que se acercan unas elecciones saltan escándalos que vienen de lejos…
“Por desgracia, ya no es extraño levantarnos con un caso de corrupción en los periódicos. Lo raro sería lo contrario. Se ha demostrado que no son manzanas podridas en un cesto. Son una organización dedicada a saquear el país, a robar derechos a la ciudadanía e incluso libertades mientras vacían las arcas públicas para llevarse el dinero a paraísos fiscales, cuando millones de personas sufren para llegar a fin de mes”.
-A los fundadores del partido los acusan de ponerse morados con fondos procedentes de paraísos fiscales…
“Esa táctica del miedo y la mentira se vuelve contra ellos. Nuestras cuentas son transparentes. Lo puede comprobar cualquiera en la página web. Tenemos doble auditoría, además. La financiación proviene del crowdfunding [suscripción popular ], de microcréditos y de la propia participación en las instituciones. Han presentado varias querellas falsas. Por cierto, de gente que ahora mismo está presa por prácticas mafiosas, como Manos Limpias y Ausbanc. Todas han sido archivadas. No tenemos ningún inconveniente en colaborar con la Justicia y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Nos gustaría que subieran al debate político y entraran con nosotros en el terreno de las propuestas”.
-¿El régimen chavista caerá de maduro?
[Ríe por la pregunta y luego se pone serio] “A nosotros nos duele enormemente que se esté usando el sufrimiento de 25 millones de venezolanos y venozolanas que lo están pasando muy mal. La situación es muy grave y este hecho se está utilizando como arma arrojadiza en la política interior de este país para atacarnos y difamarnos”.
-¿Ya no es tan modélico?
“Mi opinión es clara: en Venezuela se tiene que respetar la democracia y cumplirse la ley. La oposición ganó de forma abrumadora las últimas elecciones legislativas y eso es algo que debe ser respetado por el Gobierno [de Nicolás Maduro]”.
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