Una de las especies invasoras que más daño ha causado al medio natural de la Isla es el conocido comúnmente como rabo de gato, ya que donde se encuentra evita que puedan crecer otros ejemplares de flora. Además, la dificultad de su retirada provoca que esta afección sea aún mayor, ya que si no se elimina de forma adecuada se expande, por lo que es preciso que su eliminación siga un estricto protocolo. Precisamente, el hecho de no seguir, al parecer, las indicaciones marcadas para esta especie es el motivo que ha llevado a la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) a presentar en el último año al menos cinco denuncias en el juzgado contra el Cabildo de Tenerife, básicamente en Teno y en Anaga, ya que este colectivo entiende que las labores realizadas desde el área de Carreteras no solo no contribuyen a su eliminación, sino que favorecen a una mayor expansión.
Así lo detalló a este medio uno de los miembros de ATAN, Néstor Marrero, quien matizó que el mecanismo correcto consiste en, primero, quitar las flores para luego embolsar y retirar la planta de raíz. Desde este colectivo llevan varios años realizando acciones de concienciación y de retirada del rabo de gato en diferentes puntos de la Isla. De hecho, aproximadamente cada mes se celebra una jornada dedicada a ello, en la que participan entre 20 y 50 voluntarios. El representante de la asociación ecologista llamó la atención sobre el daño de esta especie, ya que donde se encuentra evita que pueda convivir otra, además de su rápida expansión. Insistió en que en los últimos años se ha apreciado la proliferación de esta invasora -que en ocasiones llega a ser mayor que los palmerales- y mostró su preocupación, sobre todo, por la aparición en espacios naturales, como son Anaga, los volcanes históricos de Garachico y Teno, en donde, precisamente, se prioriza las labores de retirada por parte del colectivo. De hecho, en el caso de Teno, ATAN desarrolla estas labores junto a la asociación Abeque, en donde la situación ha mejorado en los últimos años. “En algunas zonas de Anaga, como el barranco de Tahodio o el barranco de Tamaduste, hace diez años no había esta especie”, detalló, lo que indica la preocupación del colectivo. Recalcó, también, que el coste de erradicación es muy elevado, porque requiere muchos esfuerzos. Sin embargo, señaló que es posible su eliminación, como demuestran las jornadas de trabajo con los voluntarios, quienes tras una formación, logran resultados significativos las zonas en las que trabajan.
Peligro para las vías
Al respecto, el director insular de Fomento del Cabildo tinerfeño, Miguel Becerra, aseguró que el departamento de Carreteras es uno de los más afectados por la rápida expansión del rabo de gato y mostró su preocupación por este asunto. “Se trata de una auténtica plaga, sobre la que el área está trabajando porque esta especie puede provocar un peligro en las vías debido a su proliferación en los márgenes, ocasionando la falta de visibilidad de la señalización y de las cunetas”, argumentó el responsable insular.
Por ello, reclamó más medidas de erradicación, tanto por parte del área insular de Medio Ambiente, como por el Gobierno regional, con el fin de eliminar por completo esta planta. Explicó que las labores que se realizan desde Carreteras buscan, sobre todo, paliar los efectos, debido a las restricciones a la hora de usar determinados productos, y negó malas prácticas por parte de los operarios del área en estas labores. “Según me dicen, se actúa de acuerdo a las órdenes dadas, y para eso se han dado cursos a las cuadrillas”, manifestó.
Desde el área de Medio Ambiente del Cabildo se está trabajando, sobre todo, en los parajes naturales, como son Anaga o Teno, dejando, así, en un segundo plano las carreteras. Así lo explicó el jefe del servicio técnico de Gestión Territorial Ambiental, José Alberto Bello, y María Ángeles Llaría, técnico de Biodiversidad, quienes indicaron que desde el año 2000 aproximadamente se está trabajando en la erradicación de estas y otras especies invasoras en la Isla. Indicaron que desde esa fecha a este entonces calculan que se han invertido cera de 20 millones de euros en estas labores, procedentes en su mayoría del Fondo Social Europeo. Precisaron que se calcula la presencia de unas 18.000 especies exóticas, de las cuales más de 100 tienen un comportamiento invasor. El año 2011 marcó un hito en esta materia, ya que por primera vez se reguló mediante decreto esta actividad, lo que ha permitido fomentar labores de lucha contra estas especies. De hecho, desde el Cabildo, cerca de 700 voluntarios participan en estas labores de erradicación, para dar paso así a la plantación de flora autóctona.
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Nueva estrategia para eliminar el ‘pennisetum’ en la Isla
Desde el área insular de Medio Ambiente este año se está trabajando en la elaboración de una nueva estrategia para erradicar el pennisetun, conocido como rabo de gato y otras especies invasoras. El principal problema, además de su rápida propagación,es que impide la vida de otras especies. Por ello se estipulan unos estrictos protocolos para su eliminación, cuyo último paso se basa en la sustitución por flora autóctona. Esta nueva estrategia contará con la consulta de la ciudadanía con el fin de establecer nuevos pasos para, al menos controlar, la presencia de la especie. El rabo de gato se propaga con gran facilidad, ayudado por el viento, los animales, las personas y los coches, lo que facilita su expansión.[/su_note]
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