La ortopedia infantil, una de las grandes olvidadas del sistema sanitario isleño

Muchos de los más de 10.000 menores con una de las patologías que aborda la disciplina deben ser derivados a la Península, ya que Canarias solo posee un servicio especializado en Las Palmas
La escoliosis con asimetría de las escápulas es una de las patologías que trata la ortopediatría. / DA
La escoliosis con asimetría de las escápulas es una de las patologías que trata la ortopediatría. / DA

Pese a su elevada prevalencia entre la población infantil del Archipiélago, la ortopedia infantil es una de las especialidades menos conocidas y peor tratadas por parte de la Administración sanitaria. No en vano, en Canarias actualmente solo hay un servicio específico en el Hospital Materno-Infantil de Las Palmas, a donde tienen que ser derivados la mayor parte de menores tinerfeños que presentan alguna de las muchas patologías que se incluyen en esta disciplina. Su precursor en las Islas, el doctor Jorge Hodgson Ravina, explica al DIARIO que esta especialidad se dio a conocer en nuestro país en torno a 1999, cuando en un congreso de la Sociedad Española de Ortopedia y Traumatología de adultos se impartió una charla sobre las patologías en niños. “A partir de entonces, cada vez empezamos a ser más los médicos que nos interesamos por estas cuestiones, hasta que en 2006 se constituyó la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica, de la cual soy socio fundador”, recalca el facultativo tinerfeño, quien deja claro que “la ortopedia infantil no tiene nada que ver con la traumatología del adulto, porque el niño necesita cuidados especiales por las abundantes patologías que puede desarrollar durante su crecimiento”. Entre las principales afecciones, Jorge Hodgson cita la luxación congénita de cadera, que se da al nacer el niño; la sinovitis de cadera, que en ocasiones provoca ingresos hospitalarios; las artritis sépticas de cadera, que son infecciones normalmente por estafilococos, que pueden llevar a la destrucción total de la cadera; las enfermedades por necrosis de los cartílagos de crecimiento, entre las que están la enfermedad de Perthes, el síndrome de Sinding-Larsen, las epifisiolisis de cadera, etc., que son deslizamientos de la cadera durante el crecimiento; también existen los tumores óseos, donde la mayoría son benignos, aunque hay algunos malignos, como el osteosarcoma; la escoliosis, que se ve más en las niñas que en los varones, etc.

“La principal forma de detectar estos problemas es en los primeros meses del crecimiento y cuando los bebés comienzan a caminar, si se observa que se caen con frecuencia o tienen dificultades. También abundan los accidentes domésticos, las malformaciones en las rodillas, etc., que hay que ir abordándolas a medida que el niño crece”, subraya el doctor tinerfeño, quien asegura que “el niño no es como el adulto, cuyo tratamiento se centra exclusivamente en la zona afectada; en el caso de los menores, las exploraciones deben ser exhaustivas, desde la cabeza y la columna a los pies, y hay muchas enfermedades que hay que abordar a tiempo para evitar que se cronifiquen”.

Jorge Hodgson, que lleva más de 30 años ejerciendo como ortopeda infantil y traumatólogo, llegó a dirigir un servicio especializado en el Hospital de la Candelaria, que no funciona desde hace nueve años. “En la mayoría de centros hospitalarios esta especialidad está incluida en la sección de Traumatología de adultos, y los responsables de La Candelaria no quisieron mantenerla como una unidad especializada”, denota Hodgson, que a lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha operado a más de 10.000 niños afectados por alguna de estas patologías ortopediátricas.

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