El papa aconseja a los matrimonios: “permiso, gracias, perdón”

El Santo Padre ha presidido en el parque Blonia de Cracovia la ceremonia de acogida a los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud 2016, desarrollada esta tarde en presencia de 600.000 personas
El papa Francisco durante su discurso en Polonia. | REUTERS
El papa Francisco durante su discurso en Polonia. | REUTERS

El papa Francisco ha animado a los jóvenes a mostrar misericordia, a “salir al encuentro de los demás”, en una actitud contraria a los jóvenes “aburridos… y aburridores”, que parecen “haberse jubilado antes de tiempo” o a quienes se dejan la vida “buscando el vértigo”.

El Santo Padre ha presidido en el parque Blonia de Cracovia la ceremonia de acogida a los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud 2016, desarrollada esta tarde en presencia de 600.000 personas, según medios locales.

En su intervención, el Santo Padre ha planteado una disyuntiva: “Queridos amigos, les pregunto: ¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que les haga sentirse vivos, plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia?”. La respuesta, según ha dicho, “es una persona y está viva, se llama Jesucristo”. A esta afirmación ha seguido un fuerte aplauso por parte de la multitud.

Así, ha comentado el “dolor” que le genera encontrar a estos jóvenes “que parecen haberse jubilado antes de tiempo” y que “tiraron la toalla” antes de empezar el partido, que están “entregados” sin haber comenzado a jugar”. Pero también ha criticado esa sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan pagando caro”, o quienes pierden años “corriendo detrás de “vendedores de falsas ilusiones”, “vendedores de humo”.

Frente a ellos, ha presentado a Jesucristo, como quien “impulsa a levantar la mirada y a soñar alto”. Y en un momento de improvisación respecto al discurso previsto, ha planteado la duda que se puede presentar a un joven: “Padre, es difícil tener sueños altos. Fracaso con tanta frecuencia…”. El Papa ha puesto como ejemplo una canción que cantan los alpinistas: “En el arte de subir a la cima, lo que cuenta no es caerse sino no quedarte caído. Si caes, mira hacia arriba y toma la mano de Cristo”.

“Señor: Lánzanos a la aventura de la misericordia. Lánzanos a la aventura de construir puentes y derribar muros (cercos y alambres), Lánzanos a la aventura de socorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado”, ha pedido.

“ES LINDO VERLES TAN REVOLTOSOS”
Por otro lado, el Pontífice ha manifestado que, con los años de obispo ha aprendido algo: “Cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamente grandiosos”. Para Francisco, resulta “un regalo del cielo” poder ver a muchos jóvenes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes. “Es lindo, y me conforta el corazón, verles tan revoltosos”, ha señalado.

Más aún, ha señalado que el mundo y la Iglesia hoy les mira y quiere aprender de ellos. Por ello, les ha animado a practicar las obras de misericordia, a compartir el pan con el que tiene hambre” y “recibir al refugiado y al migrante.

“¿HABLAN CON SUS ABUELOS?”
A su vez, justo antes de concluir, ha pedido a los jóvenes que aprendan de la sabiduría de los abuelos. Y, de nuevo con palabras improvisadas, les ha preguntado: “¿Hablan con sus abuelos? Ellos tienen la sabiduría de la vida”.

Francisco ha comenzado su intervención recordando a su antecesor, Juan Pablo II. “En esta su tierra natal, quisiera agradecer especialmente a san Juan Pablo II, que soñó e impulsó estos encuentros. Desde el cielo nos está acompañando”. Ante el aplauso de la multitud, el pontífice argentino, ha animado: “¡Más fuerte!”.

La ceremonia de acogida de los jóvenes en el parque Blonia ha dado comienzo a las 17,30 horas y los asistentes han subrayado su espectacularidad. Se ha iniciado con un baile que incluía danzas típicas de varios países, desde un tango, a un baile africano. Además, ha introducido un desfile de banderas de los 184 países presentes en la Jornada Mundial de la Juventud, así como una presentación de nueve santos contemporáneos, que tomaban cuerpo en realidad a partir de una imagen en dos pantallas.

Al finalizar el acto, se han interpretado en varios idiomas la canción española de ‘La barca del pescador’, que gustaba especialmente al papa Juan Pablo II. Antes de la ceremonia de acogida, el Papa Francisco había recibido en las llaves de la ciudad de Cracovia y se había trasladado hasta el recinto de Blonia en un tranvía, acompañado por varias personas con discapacidad.

Desde hacía horas, recibía peregrinos el recinto del parque Blonia, rodeado de fortísimas medidas de seguridad y con numerosos efectivos de la policía y del ejército patrullando por las inmediaciones.

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