Rebajas

He estado en varios almacenes, buscando rebajas, con éxito desigual. El otro día, en El Corte Inglés, le dije a un dependiente que me ha atendido siempre muy amablemente: “Hace ocho años, yo no preguntaba los precios; sacaba la tarjeta y pagaba. Ahora mido el céntimo”. El dependiente parecía conocer mi propia historia, porque hizo un gesto de comprensión, que le agradezco. Ahora las rebajas son mi salvación; si no fuera por ellas no podría comprarme ropa nueva. Parece mentira, quién me ha visto y quién me ve. Los tiempos son circulares, en todo: en las amistades, en los amores, en la situación económica y hasta en las rebajas. Los tiempos informativos también están pasando días malos, precisamente por la falta de noticias que vendan en positivo. Casi todas son tragedias. En mi vida profesional he vivido momentos de sequía informativa, pero estos de ahora son terribles. ¿Han visto la incapacidad de nuestros políticos, con alguna excepción? Antes de ceder el poder al ganador de las elecciones, Mariano Rajoy, prefieren que éste los machaque en unos terceros comicios. Sobre todo a Sánchez (que no creo que llegue a ser candidato) y a Rivera, un pipiolo de 37 años, que no se entera. Yo prefiero ir a las rebajas, a ver lo que pesco, que pesco, la verdad, bastante poco. Este verano será un tiempo de zozobra. La gente mayor no sabe si subirán sus pensiones, los empresarios ignoran la que les puede caer encima, el país puede que no tenga presupuestos nuevos para 2017 y es posible que de los pactos -si los hubiera- saliera un Gobierno intencionadamente débil que no pueda dar respuesta a los problemas de España. ¿Y saben quiénes son los culpables? Sánchez y Rivera, dos niñatos, que se tiran la pelota como entusiastas miembros de un equipo infantil.