Otro pacto

El pacto está roto. No hace falta esperar a que se reúna el Comité Regional del PSOE.

El pacto está roto. No hace falta esperar a que se reúna el Comité Regional del PSOE. El pacto, este pacto, ya es historia. Se acabó. Punto final. Voces socialistas -más de las que se cree- apuntan en esta dirección. Roto el acuerdo, este acuerdo, caben dos opciones. De una parte, que los socialistas salgan del Gobierno y, de paso, que abran las puertas a nuevas mayorías en cabildos y ayuntamientos. De otra, que en días o semanas propongan a Coalición abrir una negociación para cerrar otro pacto. Con idénticos socios, sí, pero otro pacto. Distinto. Diferente. Otro. Un pacto en el Gobierno que sustituya al actual, con otros objetivos, otras prioridades presupuestarias, otros organigramas, otra distribución de áreas e incluso otras personas al frente.

No sería, a la vista está, una actualización del anterior sino un pacto diferente, otro, que conlleve cambios en los ámbitos insulares y municipales. Si CC acepta los socialistas seguirán en el Gobierno. Caso contrario, el PSOE irá a por todas. Así lo pintan. Los socialistas están convencidos de que Clavijo necesita que se queden porque, si finalmente se van, el escenario que se le abre deja al presidente entre tocado y hundido. Van a subirle el precio, y mucho -así lo anuncian-. No está fácil. No es sencillo intentarlo con otro pacto porque la convivencia se envenena cuando se ha perdido la confianza. No son de fiar, repiten. El pacto, este pacto, no se ha roto por lo de Granadilla. Se rompió bastante antes. La ruptura viene de atrás. Y la desconfianza. Y las diferencias sobre la gestión del territorio, el gasto social o el papel del Gobierno ante cabildos o ayuntamientos. Se rompió cuando los socialistas cayeron en que no comparten el modelo que abandera el presidente. El pacto, este pacto, es historia. En semanas se sabrá si otro pacto es posible.

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