Se cambian llaves por estrellas

Más del 60% de las plazas turísticas en Canarias son susceptibles de renovar; gana terreno la conversión de viejos apartamentos en hoteles
Ejemplo de transformación de un complejo de apartamentos de 2 llaves a hotel de 4 estrellas en Fuerteventura. DA
Ejemplo de transformación de un complejo de apartamentos de 2 llaves a hotel de 4 estrellas en Fuerteventura. DA

Se calcula que más del 60% de las plazas de alojamiento turístico en Canarias son susceptibles de renovar, y es Gran Canaria, que cuenta con una mayor planta de apartamentos, la isla que lidera la clasificación de las demandas de mejora con 78.213 plazas, seguida por Tenerife, con 68.430; Fuerteventura, con 30.077, y Lanzarote, con 27.978.

Es decir, que las cuatro principales islas turísticas en función de su capacidad de acogida suman más de 204.000 camas que no cumplirían las ratios de calidad para un mercado cada vez más exigente y que, por tanto, requerirían importantes obras de rehabilitación, especialmente en los núcleos turísticos pioneros de las Islas, donde se vivió el boom desde mediados de los años 60 como el Puerto de la Cruz, Playa del Inglés, en Gran Canaria, o Puerto del Carmen, en Lanzarote. Para hacer frente a estos trabajos de renovación los cálculos realizados por el anterior Ejecutivo regional apuntaban a una inversión de más de 1.580 millones de euros, además de otros 1.463 millones que tendrían como destino intervenciones en espacios públicos. Estas cifras se completarían con 320 millones más para inversiones en proyectos de equipamiento turístico complementario.

Desde la puesta en marcha de los Planes de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad (PMM) han sido numerosos los establecimientos privados que han utilizado esta herramienta para dar un salto de calidad a sus instalaciones. Concretamente 14 hoteles elevaron su categoría hasta las 4 o 5 estrellas a los que hay que sumar siete más de nueva construcción (levantando nuevo sobre viejo).

incidencia en la planta extrahotelera

Donde más se ha notado el efecto de los PMM es en la planta extrahotelera. 16 complejos con categoría de una a tres llaves son hoy hoteles de cuatro estrellas. Otros 12 apartamentos de una y dos llaves se han transformado en recintos de 3 estrellas, mientras que 18 apartamentos de 1, 2 y 3 llaves ahora funcionan como establecimientos de 4 estrellas. Por último, cabe reseñar que otras 43 urbanizaciones conservaron su categoría de 3 o 4 estrellas tras las reformas realizadas.

En los últimos meses desde algunos sectores empresariales se ha pedido al actual Gobierno canario que imprima mayor celeridad en la tramitación de los Planes de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad pendientes para poder acometer las inversiones previstas.

Los PMM surgieron con una doble finalidad: renovar la oferta turística obsoleta y reactivar el sector de la construcción -duramente golpeado por la crisis económica- sin consumir más suelo.

Los expertos consideran clave la renovación por cuanto supone definir el modelo alojativo para seguir siendo competitivos, circunstancia a la que obliga un perfil de visitante con mayor nivel de exigencia y que, además, dispone de múltiples canales tecnológicos para comparar y elegir.

Planes de Modernización y Mejora, una herramienta eficaz para ser más competitivos

Los Planes de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad forman parte de la Ley de Renovación y Modernización Turística que fue aprobada en mayo de 2013. Con ella se busca transformar las urbanizaciones turísticas deterioradas por el paso del tiempo a través de un conjunto de obras que, además, modulen el crecimiento de la planta alojativa. Las principales entidades financieras del país (hasta una decena) firmaron en septiembre de 2013 las líneas de crédito para facilitar la ejecución de los proyectos por una cantidad superior a los 2.000 millones de euros. El acuerdo fue rubricado por el entonces presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero -impulsor de la medida- y los máximos dirigentes bancarios nacionales, entre ellos el fallecido Emilio Botín (Banco de Santander), Francisco González (BBVA) y José Ignacio Goirigolzarri (Bankia).

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