Un pacto ‘avinagrado’

Como en las mejores familias, CC está a la greña consigo misma y en eso se parece al PSOE, nada de cominerías, con traca y ringorrango.

Como en las mejores familias, CC está a la greña consigo misma y en eso se parece al PSOE, nada de cominerías, con traca y ringorrango. El runrún de la crisis de gobierno recorrió las islas ya en el fin de semana, pero nadie apadrinó a la criatura. “Es un bulo interesado del PSOE, por lo que pueda suceder en las próximas horas”, me aseguró una fuente nacionalista palmera, que se congratula del pacto en su isla. En El Hierro suena el teléfono en la casa de Tomás Padrón. “¿Está el hombre?”, pregunto a bocajarro. “Está aquí abajo, en la finquita vendimiando, pero no tiene cobertura”. La cita queda pospuesta para última hora de la tarde, cuando Padrón vuelva de la vendimia. Las uvas de la ira, de Steinbeck, en la novela de la Gran Depresión americana, envenenan un pacto en horas críticas. Por fin, atiende la llamada Tomás Padrón. “Sí, el pacto está avinagrado, parece, a falta de que lo enderecen y veamos brotar la vid verdadera, como en boca de Jesucristo”. Esa fue la parábola de Tomás Padrón, que jura y perjura que no sabe si el pacto está roto o no, medio muerto o sepultado, mientras espera que un juez diga si hay o no censura en Frontera (Granadilla le queda lejos). El momento es contagioso. En el seno -casi más en el ceño- de los partidos un virus amenaza la viña. En el PSOE, en CC o en Podemos, como antes en UPyD, se abren los cotos de caza, y cada líder se tienta la ropa. “El individuo puede ser aniquilado, pero el partido no”, decía Brecht en Elogio al partido. Sánchez -el gran perdedor, tituló este periódico; el gran Gatsby, dijo El Español tras ser pillado con esposa y gorra a lo Robert Redford en un chiringuito por un tuitero- vive confinado en el corredor de la víspera del comité de ejecución. Pero sin esperar a que suene el teléfono como en las películas y le condonen la pena, va y saca pectoral de gorila y propone congreso exprés y primarias en octubre. “Si osas, preséntate, muñeca”, desafía a Susana. Rubalcaba debe de estar removiéndose en su tumba política: se marchó en 2014 por rubor democrático tras los feos resultados, pero Sánchez enterró esa pauta por demodé.

Un echado pa’lante, sí señor. La foto de Feijóo ganando el derby en ese caballo en extinción que se llama Mayoría absoluta, tira por tierra sus planes. Ahora queda el suflé preelectoral en su punto, ante un rey atónito. ¿Habrá tamayazo y fuga de votos en estampida del PSOE hacia el PP o inmolación en las urnas? San Sánchez elige su altar. No es no se títulaba esta película. Pero el ego recorre Europa con tozudos a diestra y siniestra. Está de moda. El nein alemán se alza contra los refugiados y prende como la pólvora en miles de seguidores islamófobos de Pegida, cuyo líder más visceral, el cocinero Lutz Bachmann, asediado en su país, secunda la leyenda de Hitler, que lo sitúa, de escala hacia Argentina, en Tenerife, tras simular su muerte en el búnker de Berlín (sic). Mala cosecha política en España tras la recesión, y triste destino -desatino- que nos trae la virosis de la intolerancia en las uvas de la ira como pasó en el crack del 29. Nos tocó esta lotería, ¡pardiez!

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