Adolfo Pérez Esquivel: “Los transgénicos son semillas de la muerte; hay que terminar con los agrotóxicos”

Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz, pudo aceptar la invitación y se plantó en La Laguna para asistir a la presentación de la cátedra de la ULL que lleva el nombre del científico tinerfeño Antonio Bello, y lo hizo acompañado de otra “alma grande”, su compatriota Raúl Aramendy, voz crítica en la defensa de la selva amazónica y figura de referencia en agroecología
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de La Paz en su visita a La Laguna | FOTO: Fran Pallero
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de La Paz en su visita a La Laguna | FOTO: Fran Pallero

Por Zenaido Hernández / FOTOS: Fran Pallero

Los investigadores Maricarmen Jaizme y José Luis Porcuna, promotores del Curso de Agroecología que se inicia en su III edición el próximo día 21 en el ICIA, contaron desde que pergeñaron esa idea que incide en la multiversidad y en la soberanía alimentaria con el incondicional respaldo que les dio Adolfo Pérez Esquivel. Prometió su apoyo desde el Cerai, Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional, y de su propia Escuela de Agroecología para la Paz, la Cooperación y el Desarrollo Rural. Este año pudo ser; el Nobel de la Paz pudo aceptar la invitación y se plantó en La Laguna para asistir a la presentación de la cátedra de la ULL que lleva el nombre del científico tinerfeño Antonio Bello, y lo hizo acompañado de otra “alma grande”, su compatriota Raúl Aramendy, voz crítica en la defensa de la selva amazónica y figura de referencia en agroecología. Saludamos a Pérez Esquivel, quien, tras menos de 24 horas en Tenerife, partió con el deseo de volver: “Esta tierra cautiva, y mucho más sus gentes. Pasé por aquí hará unos 30 años, en escala técnica. Les debía a Mary Jaizme y a José Luis Porcuna el estar aquí y compartir, respaldando su esfuerzo. Canarias tiene que ser referencia en agroecología; cuentan ustedes con excelentes investigadores, que realizan un trabajo muy serio, y ello ha de servir de modelo para otros pueblos”.

[su_pullquote]”Tenemos que volver a las fuentes para restablecer el equilibrio del ser humano con la madre tierra”[/su_pullquote]

-¿La agroecología avanza entre lo utópico y lo que dictan los mercados?

“Yo tengo esperanza en el ser humano y aspiro a una sociedad más justa y equilibrada. Compruebo que hoy los ojos se abren a una agricultura diferente, y esa inquietud hay que potenciarla. Coincido con muchos pensadores en que tenemos que volver a las fuentes para restablecer el equilibrio del ser humano con la madre tierra, sobre todo cuando reparamos en que somos hijos e hijas de las estrellas, pues formamos parte de la creación y, por eso, en modo alguno, somos sus dueños. El papa Francisco retoma esa idea y la expresa claramente en su Laudato Si, que invita a tomar partido sin demora por garantizar la continuidad de todos en esta casa común. Hay gentes que desde las escuelas agroecológicas y en otros foros trabajan en la recuperación de las semillas orgánicas, dejando a un lado los transgénicos que son semillas de la muerte, y avanzan ofreciendo alternativas para terminar con los agrotóxicos. Pero hay algo más peligroso que la crudeza de los monocultivos, y es el monocultivo de la mente que se debe a la propaganda y que ocasiona la uniformidad en el pensamiento; contra eso tenemos que rebelarnos. Hay que hacer un alto para tomar conciencia de lo que somos y recuperar nuestra dimensión como ser social, cultural, político; es vital para restablecer el equilibrio”.

-Cita a su compatriota Jorge Bergoglio, con quien se reunió hace unos meses. Tras su nombramiento como papa, usted salió al paso de quienes le intentaron vincular con la dictadura militar argentina.

“Lo hice porque no se puede denigrar a Francisco con la mentira. Era mi deber salir al paso de una campaña que se urgió desde los círculos próximos al Gobierno de Cristina Kirchner. Sabemos que ayudó a gente a salir del país y lo hizo con discreción, llevando a la práctica lo que dice el evangelio: no muestres a la mano izquierda lo que hace la derecha. Es cierto que en Argentina tuvimos obispos cómplices de la dictadura, pero Francisco, que entonces no era obispo, sino superior de los jesuitas, estaba totalmente en contra de esa posición”.

[su_pullquote align=”right”]Con la ‘Laudato Si’, El papa Francisco invita a tomar partido y garantizar la continuidad en la casa común”[/su_pullquote]

-¿Asistimos a un renacimiento de la teología de la liberación?

“No le demos más vueltas y veamos que los teólogos de la liberación lo que hacen es una lectura de la realidad, la que está en el caminar del pueblo. Los cristianos sabemos que el evangelio es liberador y si no lo es, estamos hablando de algo muy diferente. Recuerdo que en 1976 nos metieron presos en Ecuador junto a 17 obispos latinoamericanos y 4 norteamericanos. Acusaban a Leónidas Proaño, obispo de Riobamba, de que asistíamos a una reunión subversiva. Les dijimos que el único libro subversivo que teníamos es el Evangelio y le recomendamos a los militares que leyeran el Magníficat, pues María es quien marca el camino, un camino liberador”.

-Pasan los años y el mundo sigue anclado en la encrucijada de los conflictos. ¿Hasta cuándo?

“No existe una sociedad estática; todo es dinámico, con procesos de transformación permanentes. Tenemos indicadores que dan esperanza y otros que, desgraciadamente, dicen lo contrario, como las elecciones de EE.UU., que contemplan a un candidato, Donald Trump, que podría llevarles al retroceso. Pero hemos de convenir en que la política exterior de EE.UU. solo se maquilla, no se ha modificado desde hace muchísimo tiempo. La situación del Medio Oriente es muy preocupante. He estado recientemente en Irak; fui desde Ammán, Jordania, a Bagdad, y pude ver los destrozos, el sufrimiento de ese pueblo; la muerte de más de 600 niños con sus madres, a los que han matado, dicen, en nombre de la libertad. Hay una gran hipocresía y un engaño sistemático en todo eso.”

[su_pullquote align=”right”]”La Política Exterior de Estados Unidos solo se maquilla, no se ha modificado desde hace muchísimo tiempo” [/su_pullquote]

-Tenemos medios para superar el hambre y seguimos igual…

“Pienso en Haití, pueblo castigado una y otra vez; ahora de nuevo con el huracán Matthew, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas considera que necesita la confluencia de tropas de varios países, argumentando que representa una amenaza para la paz mundial. Yo estoy pidiendo que se retiren las tropas y se avance con medidas que permitan subsanar el problema del hambre, de enfermedades como el cólera que se derivan de las catástrofes naturales… No necesitan militares, sino médicos, educadores, enfermeros, técnicos agrícolas… He estado allí en misiones internacionales y me puede el dolor de ese pueblo que fue el primero en liberarse de las tropas napoleónicas, en 1804”.

-¿Llegará la paz a Colombia?

“Vengo prácticamente de allí, pues he participado en la misión de Observación Internacional, en la que estuvimos más de 400 delegados. Salí justo el día antes de que le concedieran el Nobel a Juan Manuel Santos. En Colombia estamos trabajando desde hace más de 40 años, sintiendo la violencia que se interpenetra de un grupo a otro, pues no es solo las FARC, las guerrillas, los grupos paramilitares, los parapoliciales… Hay otras fuerzas, como el ELN, y sobre todo el narcotráfico. Hemos comprobado que las guerras se financian con el narcotráfico y que existe una connivencia en todos lados, tanto en Oriente Medio como en América Latina; lo vemos en todo el mundo y desgraciadamente no se le pone límite. La larga guerra de Colombia ha ocasionado muchas muertes, siete millones de desplazados que les han quitado sus tierras y los han violentado, y otros seis millones que están en el exilio. El camino hacia la paz es largo y hay muchas personas que vienen trabajando para lograrlo, como Piedad Córdoba o el jesuita Javier Giraldo, por mencionar a dos de los más conocidos a nivel internacional. El plebiscito no resultó favorable y hay que circunscribirlo en el momento, pues la gente no está acostumbrada a votar; les afectó el temporal horrible que azotó la zona norte. En mesas con 450 inscritos solo se recogieron 15 votos. Hay mucho miedo e incertidumbre. Quizá hay que hacer caminar la palabra; si no sabemos hacia dónde vamos, lo mejor es retornar para saber de dónde partimos”.

[su_pullquote]”Hay que hacer caminar la palabra. si desconocemos a dónde vamos, hay que retornar y ver de dónde venimos”[/su_pullquote]

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