Las autoridades de Pakistán han elevado este martes a 62 muertos y 120 heridos el balance de víctimas del ataque perpetrado el lunes contra un centro de formación policial situado en la ciudad paquistaní de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán (oeste).
Según las primeras informaciones, un total de tres atacantes irrumpieron en las instalaciones, en las que había 700 reclutas en el momento del ataque.
La mayoría de las víctimas fueron provocadas por dos atacantes que se inmolaron en el interior del centro, mientras que el tercero fue tiroteado por el Cuerpo Fronterizo.
Un cadete ha relatado al diario local ‘Dawn’ que los atacantes “vestían ropa de camuflaje, llevaban la cara tapada y portaban Kalashnikovs”.
El ministro del Interior provincial, Sarfraz Bugti, ha afirmado a través de su cuenta en la red social Twitter que los responsables del ataque “se encuentran en Afganistán”.
En este sentido, fuentes militares han señalado que los atacantes habrían recibido instrucciones desde territorio afgano, agregando que las primeras investigaciones apuntan a que el grupo Lashkar-e-Jhangvi (LeJ) está detrás del suceso.
LeJ es una organización yihadista que opera principalmente en Pakistán, si bien también ha llevado a cabo ataques en Afganistán. El grupo ha estado detrás de numerosos atentados contra la comunidad chií del país.
Entre ellos figura el atentado múltiple perpetrado en enero de 2013 en Quetta, que se saldó con la muerte de 130 personas y con otros 270 heridos. La inmensa mayoría de las víctimas eran chiíes hazaras.
Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas