El Plan de Inspección Fiscal logra recaudar casi dos millones de euros en la capital hasta septiembre

En todo 2015, los ingresos procedentes de las revisiones de los impuestos de los grandes contribuyentes, los que facturan más de un millón al año, solo alcanzaron los 560.000 euros
Juan José Martínez (CC) es el concejal de Hacienda y Recursos Humanos de Santa Cruz de Tenerife. Foto/ Sergio Méndez
Juan José Martínez (CC) es el concejal de Hacienda y Recursos Humanos de Santa Cruz de Tenerife. Foto/ Sergio Méndez

Los datos son provisionales, pero indicativos de la buena marcha de la recaudación procedente del Plan de Inspección Fiscal de Santa Cruz. Si en todo 2015 la iniciativa logró recaudar por acciones vinculadas a esta sección 560.511 euros, este año, hasta septiembre, la cantidad se ha cuadriplicado, alcanzando 1.955. 453 euros. Así lo adelantó a DIARIO DE AVISOS el concejal de Hacienda y Recursos Humanos de Santa Cruz, Juan José Martínez, quien insistió en que aún son datos provisionales. La explicación que da el edil a este espectacular aumento se apoya en dos motivos. El primero tiene que ver con el tipo de contribuyente, “el Plan de Inspección Fiscal lo hemos orientado a grandes empresas o posibles grandes contribuyentes, que, en caso de detectarse algún incumplimiento, normalmente implica recaudar cantidades importantes”.

El segundo de los motivos está en que este año se culminan expedientes iniciados en ejercicios anteriores. “Para conseguir el pago final de este tipo de expedientes se necesita un proceso largo y complejo, tanto en cuanto a que hay audiencia a los interesados, reclamaciones…, en definitiva, una serie de actos administrativos que ralentizan el proceso y en ocasiones los iniciados en un ejercicio se culminan en el siguiente”.

El éxito de este programa destinado a reducir el fraude tributario está consiguiendo, además, según detalló el edil de Hacienda, que se vaya reduciendo el número de infracciones detectadas. “Seguimos orientados a los grandes contribuyentes, pero sí hay una normalización creciente en lo que a la puesta al día con las obligaciones tributarias con el Ayuntamiento se refiere”. “A pesar de que se incrementa de manera tan notable la recaudación por este concepto -detalla el edil-, las altas de inspección levantadas hasta septiembre y la estimación de las que se levantarán hasta final de año nos da un número menor que las levantadas el año pasado, de forma que estarán en el orden del 60% de las del ejercicio anterior”. El edil detalló que año pasado se registraron 237 actas que implicaron 262 sanciones (una inspección puede implicar ninguna, una o varias multas en función de las figuras impositivas que se incumplan). Esto supone que, según la previsión municipal, el número de actas no superará las 160 en 2016.

Juan José Martínez quiso destacar que “en el volumen de grandes contribuyentes estamos culminando la revisión de esas empresas que reúnen esas características y nos estamos encontrando con que el nivel de detección de fraude es mucho menor al que podíamos tener hace unos años, aunque las consecuencias de la crisis también son relevantes”.

Reducción del fraude

Para Martínez, la ventaja de los tributos municipales es que su detección, inspección y comprobación “es más fácil que en otros casos, porque inciden en elementos que son muy visibles, como la basura de negocios o plusvalías”. Esto lo que hace es que las sanciones que se detecten este año se reducirán en virtud de que esas inspecciones “afortunadamente, detectan cada vez menos incumplimientos”. Además, “son cuestiones que a veces obedecen al desconocimiento de la norma y la inspección también tiene entonces un carácter informativo”.
El Plan de Inspección Fiscal se puso en marcha en el mandato pasado y está dirigido principalmente a los grandes contribuyentes, o lo que es lo mismo, a aquellos que facturan más de un millón de euros al año. Las primeras inspecciones se centraron en sectores específicos como el de las empresas públicas, el sector hotelero o el financiero. Hay que tener en cuenta además que solo se puede girar una liquidación sobre recibos con cuatro años de antigüedad, puesto que más allá de ese espacio temporal se da por caducada la deuda.
Los principales impuestos que se someten a inspección tienen que ver con la tasa de basura de negocios, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que solo pagan esas grandes empresas y el cobro de plusvalías. Las previsiones iniciales de este plan eran las de hacer aflorar al menos cuatro millones de euros.

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