Vida y muerte de los kioscos de la capital

Final de la concesión, jubilaciones o problemas burocráticos han hecho coincidir en el tiempo el cierre de hasta seis puestos municipales

Su cierre ha coincidido en el tiempo, ofreciendo una imagen de Santa Cruz un poco más triste porque no solo de fines de semana de dinamización vive el chicharrero. Plaza del Príncipe, Numancia, Tomé Cano, plaza Militar, la Alameda y el último, el de La Paz, son los kioscos que a fecha de hoy tienen sus puertas cerradas y todos por diversos motivos mientras que otros, como el ‘kubo’ de la plaza Weyler, ya han empezado a funcionar. El concejal de Infraestructuras, José Alberto Díaz-Estébanez reconoce que no es una situación deseable, pero matiza que “estamos hablando de concesiones muy antiguas y cuando los kioscos llevan abiertos 30 o 40 años necesitas de un periodo más largo para remodelarlos”. “A pesar de todo, confío en que vamos a tener, en un corto espacio de tiempo, a todos funcionando y con más calidad”.

El principal motivo del cierre de estos espacios es el del término de la concesión, pero también, la falta de concurrencia en algunos concursos o las trabas burocráticas y administrativas en otros. Uno de los ejemplo que el Ayuntamiento de esta última situación es el kiosco de la plaza del Príncipe, adjudicado antes de que acabara el mandato anterior. “En este caso, los anteriores adjudicatarios no quisieron irse y hubo que esperar a dos mandamientos judiciales y acudir con la policía para poder desalojarlos”, relata el edil de Infraestructuras. Tras el desalojo, los nuevos adjudicatarios han podido presentar su proyecto de remodelación, sin embargo, han tenido que afrontar un nuevo retraso. “Al estar en el entorno de un BIC (el templete de la plaza del Príncipe lo es), se requiere informe del área insular de Patrimonio del Cabildo”. Según el edil, el proyecto ya llegará en breve.

En una situación similar se encuentra el conocido como kiosco Numancia, en el entorno del parque García Sanabria. “Su falta es un factor incluso sentimental para Santa Cruz” reconoce Díaz-Estébanez. La concesión ya no se podía prorrogar más y el espacio necesitaba de una remodelación profunda, pero al igual que con la plaza del Príncipe, si situación en un entorno BIC, el del barrio de Los Hoteles, ha obligado al nuevo adjudicatario a contar con el permiso del Cabildo. “Es un proyecto que me parece muy bonito pero también está pendiente de Patrimonio”, añade Díaz-Estébanez. El proyecto, visado por los técnicos municipales, ya ha sido entregado y parece que recibirá el visto bueno con una pequeña modificación en el tamaño de las pérgolas que acompañan a la estructura.

El edil pone a estos dos kioscos como ejemplo de la necesidad de reforma y el tiempo que eso lleva, “con los kioscos no se pretende mejorar la recaudación, de hecho en algunos de ellos se ha puesto un precio de licitación inicial bastante bajo, porque lo que se pretende es que den vida a una zona y que den puestos de trabajo. Al ayuntamiento recaudar 100 euros más al mes le da igual, lo que importa es que funcione”.

Tomé Cano y La Paz

A diferencia del kiosco de la plaza Militar, cuya licitación quedó desierta, el de Tomé Cano sí que ha tenido bastante concurrencia. “Ya se ha reunido la mesa y estamos solo a falta del informe técnico para elegir la mejor propuesta desde el punto de vista económico”, explicó el edil. Esta semana se tomará una decisión.

Reconoce Díaz-Estébanez que el del kiosco La Paz es un caso muy particular porque no había finalizado la concesión, le quedaban cuatro años. “Sus actuales propietarios, desde mi punto de vista de manera equivocada, deciden cesar en la actividad por jubilación y devolver el kiosco al Ayuntamiento. En circunstancias normales no me preocuparía porque además me daría la oportunidad de mejorarlo pero en un momento en el que tantos kioscos al mismo tiempo están cerrados, sí me preocupó”. La solución ha sido sacar esta misma semana el negocio a licitación, renunciando a mejoras estructurales importantes. “Prácticamente es una subasta de mejor postor”, reconoció el edil.

El último de los espacios que está pendiente de salir de nuevo a licitación es el kiosco de la Alameda del Duque Santa Elena, cuyos adjudicatarios lo devolvieron por no poder hacer frente al canon que en su momento les obligaba a pagar por sillas y mesas. Ahora, se estudia sacarlo a concurso con un canon más reducido al estar bonificada la tasa.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]El de la plaza Militar se ofertará con un negociado con invitación

Cerrado con tablones presenta un aspecto desolador, pero como explica el edil de Infraestructuras, “se sacó a licitación y no se presentó nadie”. Para no iniciar de nuevo el trámite, “vamos a ir a un negociado por invitación, entre personas que han demostrado interés en algún momento por él”.[/su_note]

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