“Al principio, tenía miedo de no salir de las cuatro paredes de ‘Bailar pegados’; ahora es un buen recuerdo”

El cantante Sergio Dalma llega a Tenerife el próximo domingo, 4 de diciembre, para presentar su nuevo disco, Dalma, en el pabellón Santiago Martín, a las 20.00 horas
Sergio Dalma. / FOTO: DA
Sergio Dalma. / FOTO: DA

El cantante Sergio Dalma llega a Tenerife el próximo domingo, 4 de diciembre, para presentar su nuevo disco, Dalma, en el pabellón Santiago Martín, a las 20.00 horas. Él mismo define este álbum como “positivo y optimista”, un trabajo disruptivo y diferente a los que había hecho hasta ahora, mucho más melancólicos. El catalán, con más de 25 años de carrera artística y 4.000.000 de discos vendidos, explora en este disco, producido por el tinerfeño Pablo Cebrián, nuevos sonidos y retos. Promete poner en pie al público tinerfeño en su próximo concierto y hacer un repaso por todos sus grades éxitos en un espectáculo que durará unas dos horas. Así lo cuenta para DIARIO DE AVISOS.

-¿Qué trae a Tenerife para el 4 de diciembre?
“Para la Isla llevo el mismo espectáculo que estamos haciendo en todos lados, pero que es diferente a lo que habíamos hecho hasta ahora. Un concierto diferenciado en cuatro bloques: el primero con canciones del último álbum; un segundo bloque que es un repaso por los discos más recientes; un tercero más acústico, donde recuperamos canciones de hace tiempo y le damos una vuelta, porque buscamos así una mayor conexión y cercanía con el público; y una cuarta parte, más rítmica, para que la gente se ponga en pie y lo viva al máximo”.

-Lleva 12 años produciendo discos fuera, ¿qué le hizo volver para Dalma?
“Hace años surgió la posibilidad de grabar un disco en Estados Unidos, la experiencia no estuvo mal, pero tampoco fue para tirar cohetes. Luego se dio la posibilidad de grabarlos en Italia, donde me sentí muy cómodo. Mientras tanto, Pablo Cebrián, que es tinerfeño, me mandaba muchas canciones y me pedía que le dejara producir. Me gustó mucho lo último que me mandó, lo que me hizo elegirle como productor y así tuve la oportunidad de volver”.

-Conchita, Iván Ferreiro y el propio Pablo Cebrián le ayudan a componer este nuevo disco. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
“Yo había trabajado antes con Pablo y con Conchita, a nivel de autoría. A nivel de producción me he sentido cómodo porque hemos tenido muy claro lo que buscábamos: un disco positivo, con nuevos registros en la voz, con un nuevo sonido. A Ferreiro lo conocí en México y, después de dos tequilas, le pedí que me compusiera una canción. Así nace Si todo lo que siento se pudiera cantar”.

-En algunas entrevistas dice que necesitaba sentir que había una evolución en este disco. ¿Se ha sentido estancado alguna vez?
“En cada trabajo siempre he intentado resolver las inquietudes que tengo como músico. Esta vez el cuerpo me pedía cambiar de estilo y darle otra pincelada a mi trabajo. Pero nunca me he sentido estancado, de sentirlo, preferiría quedarme en casa. Hacer un disco sin sentir que uno evoluciona es como un engaño para el público. Un disco debe exteriorizar siempre lo que uno lleva dentro”.

-¿Cómo se llevan 25 años en la música?
“Se llevan como si todo hubiera pasado demasiado deprisa. Empecé a los 16 años cantando en orquestas. Siento que esa elección que hice en su día, de dedicarme a la música, sigue valiendo la pena. Sigo ilusionado y emocionado como el primer día. El jugar con las emociones y con los sueños es la magia de este trabajo”.

-Hay una diferencia enorme en su voz de 1991, con el disco Esa chica es mía, y su voz actual en Dalma. ¿Qué supone llevar el título de ser la voz ronca de España?
“[Ríe] Para mí lo importante es tener una personalidad en la voz, que enciendas la radio y en seguida identifiques al cantante. En mi caso, en efecto, la voz ha cambiado y creo que es positivo que vaya tomando unos matices diferentes con el paso de los años. Un cantante a partir de los 40 está en la plenitud de su voz, y eso es algo que intento explotar y disfrutar”.

-¿La sombra de Bailar pegados le sigue todavía?
“No considero a esa canción como una losa o un peso. Al principio sí tenía miedo de no poder salir de esas cuatro paredes de Bailar pegados, pero, al final, es un éxito que he tenido la suerte de recibir y que la gente sigue recordando con mucho cariño. Evidentemente, el tiempo pasa y uno tiene que evolucionar, ahora canto Bailar pegados de otra manera. Es un orgullo seguir teniendo la posibilidad de cantar canciones que continúan emocionando a la gente tantos años después. Además de Bailar pegados, también me sigue la sombra de Esa chica es mía, Solo para ti… canciones que siempre me han acompañado y espero que sigan haciéndolo”.

-¿Cómo definiría su último disco?
“Es un trabajo positivo y optimista. Mucha gente me decía siempre que mis canciones eran muy tristes y melancólicas. Y es verdad. No sé por qué, si yo soy un tipo muy optimista, pero los autores siempre se empeñan en ofrecerme canciones tristes. Una de las metas de este disco fue elegir canciones positivas”.

-¿Se siente más cómodo cantando en positivo?
“(Ríe) Yo creo que sí. Está la sociedad muy jodida para que encima llegue yo a cantarle con tanta melancolía y tristeza”.

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