Vandalismo contra el antiguo monumento a Franco

Así amaneció la estatua que forma parte del Monumento a La Paz, más conocido como el 'monumento a Franco', que se encuentra en la Avenida La Roche de Santa Cruz de Tenerife
vestigios franquistas

Así amaneció la estatua que fuera en su momento monumento dedicado al caudillo y rebautizado con posterioridad por la fundación Juan de Ávalos como Monumento a La Paz, ubicada en la Avenida La Roche (Avenida de Anaga) de Santa Cruz de Tenerife. Durante la noche, una o varias personas, se desconoce por el momento, tiraron pintura roja y escribieron “antifascismo” sobre la escultura.

Se trata de un monumento del escultor Juan de Ávalos que a pesar de su cambio de nombre, es aún reconocido por muchos como el monumento a Franco. El propio Ayuntamiento de Santa Cruz lo describe en la web municipal como “una obra escultórica que muestra la intencionalidad ideológica del poder imperante en la época”, y añade que “en ella se simboliza al general Franco como un salvador que vuela sobra las alas de un arcángel. Constituye uno de los ejemplos del arte que se impuso en Canarias en la época de la posguerra”.

Son varias las formaciones políticas con representación municipal que se han mostrado partidarias de que esta escultura sea retirada y, como propuso Ramón Trujillo (IU) en la última comisión de control municipal, sea llevada a un museo como el de Almeyda si se considera que es “arte”, como defienden otras asociaciones y partidos. Trujillo defendió en la comisión, en la que, por cierto, el Ayuntamiento reconoció desconocer qué área tiene las competencias en materia de memoria histórica, también hizo referencia a otros símbolos del franquismo como el castillo de Paso Alto, que hizo las veces de prisión durante los años de la guerra y la postguerra y que el edil de IU propuso convertir en un museo memorial.

Por su parte, Zaida González (PP), primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en declaraciones a este medio ha reconocido que el acto se trata “simplemente de ganas de destrozar”. A pesar de que por el cariz del mismo se podría pensar que “hay una cierta motivación ideológica” la realidad es que “ya nadie reconoce en el monumento unas circunstancias históricas y unos valores que, afortunadamente, han quedado atrás”, agregó González, quien concluyó aclarando que “al final estos actos vandálicos lo que único que consiguen es malgastar el dinero de los vecinos de Santa Cruz en limpiar constantemente sus desastrosos resultados.”

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