El asturiano enamorado de Tenerife

José Ramón Fuertes, técnico que logró el ascenso a Segunda en la 82/83, guarda aquel hito como “el mejor recuerdo” de su carrera
Fuertes, durante un entrenamiento de la recordada temporada del regreso a Segunda. DA
Fuertes, durante un entrenamiento de la recordada temporada del regreso a Segunda. DA
Fuertes, durante un entrenamiento de la recordada temporada del regreso a Segunda. DA

“Me sorprende que mucha gente me siga reconociendo cuando voy a pasear a Santa Cruz, que me gusta mucho, igual que me sorprendió gratamente el homenaje que nos hizo el club el domingo”. José Ramón Fuertes nació en Mieres, Asturias, donde pasa seis meses al año. Los otros seis es un tinerfeño más, pues mantiene casa en el Sur de la Isla. El entrenador, artífice de aquel CD Tenerife que el curso 82/83 ascendió a Segunda División, guarda “muy frescos” los recuerdos de una temporada “mágica” que acabó con un premio merecido. “No es porque fuera yo el entrenador, porque el mérito es de los jugadores, pero nadie jugaba mejor al fútbol que nosotros”, rememora.

Cuando recibe la llamada de DIARIO DE AVISOS, Fuertes acaba de almorzar con David Amaral y Agustín Lasaosa, con quienes ha rememorado “una de las mejores etapas” de su carrera deportiva, algo que se vio acentuado después del reconocimiento llevado a cabo por el CD Tenerife coincidiendo con el duelo con el Huesca, club del que Lasaosa es presidente: “Ves que pasan los años y que la gente te quiere y te recuerda, que el club sigue acordándose de tí. Eso te hace sentir muy orgulloso”.

Fuertes había entrenado al Caudal y al CD Logroñés, a los que ascendió de Tercera a Segunda B, antes de llegar a Tenerife. Desde un primer momento su idea fue la de “hacer buen fútbol” algo que llevó a los blanquiazules a firmar actuaciones “impresionantes”. Su buena conexión con la plantilla y los aficionados fue clave para poder lograr el objetivo del ascenso: “Aún hay gente de cierta edad que me da las gracias por aquello y yo siempre les respondo que las gracias debo darlas yo por el cariño y el trato recibido”.
Su etapa insular marcó a un hombre que pasó media vida deportiva en el Valencia CF, algo que no hizo que su corazón dejara de ser blanquiazul: “Debuté a los 18 años en Primera con el Valladolid, jugué 11 años en la máxima categoría y tuve una carrera de 17 años de entrenador y otros tantos como técnico en el Valencia y la etapa que más guardo dentro de mí es el año y medio que estuve en el CD Tenerife”. Fuertes reconoce ese dato a pesar de que en Mestalla ganó una liga, en la campaña 70/71, y fue subcampeón de Copa en tres ocasiones, aún así, insiste: “Como en la Isla no guardo un mejor recuerdo, a pesar de no estar mucho”.

A partir de ese momento comenzó su idilio con Tenerife, con quien siempre tendría una cita: “Nunca dejé de venir. Cuando estaba entrenando trataba siempre de acercarme al menos una semana para descansar. Yo viajaba mucho a América, pero el paraíso terrenal lo tenía aquí. Jamás olvidé la Isla y me demostraron que ella tampoco se olvidó de mí”.

Cuando se le pregunta a José Ramón Fuertes por una imagen de aquella etapa de su vida no se queda con una de dentro del terreno de juego, sino de su tantas veces citada afición blanquiazul: “En Segunda B reventábamos el estadio cada domingo. No era muy grande, serían 13.000 o 14.000 espectadores los que cabían, pero notabas en las gradas y en la calle que todo el mundo estaba volcado con el club a pesar de las penurias que vivimos”.

Ni el encierro de la plantilla a principios de la temporada 83/84 borran las buenas sensaciones a este asturiano al que, cuando le preguntan a quién prefiere, si al Sporting o al Oviedo, siempre responde los mismo: “¿Si juega contra el Tenerife? Pues siempre el Tenerife, lo he dicho muchas veces públicamente”.

Por ello habla con ilusión del momento actual de los tinerfeños: “El equipo está armadito, pelea bien, creo que Alfonso Serrano ha hecho las cosas bien, y es verdad que, como he podido leer, creo que tenemos que dar cuatro o cinco pases más sin perder la pelota con la facilidad que sucedió el domingo contra el Huesca”.

De este modo, sin saber si será “este año o el que viene” el hombre que llevó al Tenerife a Segunda, al que se le quedó grabado a fuego un año y medio “maravilloso” en la Isla, será “el primero” que coja “una bandera” para celebrar el regreso de los chicharrero, en esta ocasión, a Primera División.

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