Carmina Concepción lloraba ayer, pero de alegría. Hacía siete años que ella y su marido vivían un calvario al verse acusados por un delito de incendio forestal, como miembros de la comisión de fiestas de Tigalate (Mazo) en el verano de 2009, junto con el presidente.La noche del 31 de julio de 2009, mientras preparaban una tortilla gigante en la plaza del pueblo con motivo de las fiestas patronales, un incendio se declaraba en la parte baja del barrio, que rápidamente se extendió hacia el sur, quemando casi 4.000 hectáreas.
Tras el juicio, han esperado casi tres meses a que saliera esta sentencia que los absuelve. “Por fin salió a la luz la verdad y se hizo justicia”, nos comentaba ayer a las pocas horas de que el abogado que los representó en el juicio, Juan López Montero, le trasladara el fallo que llega como el regalo más deseado a las puertas de la Navidad.
A los acusados, hasta en tres ocasiones, le ofrecieron llegar a un acuerdo antes de la celebración del juicio. Pero ellos, sabiéndose inocentes, decidieron seguir adelante “para defender nuestra dignidad”. “Yo lo que quería es que se hiciera justicia. Cuando se comete un delito, el que lo hace lo debe pagar. Pero nosotros éramos inocentes”.
Lamentó el tratamiento informativo de este caso. “Salimos en todos los medios diciendo que éramos culpables, quitándonos la presunción de inocencia. Un etarra que ha matado le ponen las iniciales o a un maltratador de mujeres, y a nosotros nos pusieron el nombre completo. Todos se ensañaron con nosotros”.
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