“Nos intentan vender que hay ruido porque hay turismo, pero es al revés”

La Ñamera es la primera asociación de lucha contra el ruido creada por vecinos que sufren problemas por la contaminación acústica
La Ñamera espera que la ordenanza contra el ruido se cumpla y pase lo mismo que con la que regula las terrrazas | Fran Pallero

España es uno de los países que supera los límites de ruido propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 65 decibelios diarios. Un límite que pasa a ser doloroso cuando sobrepasa los 125, y llega al umbral del dolor a los 140, con un daño en el oído que es irreparable. Es el segundo país más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, según el ranking de esta misma organización. Y el Puerto de la Cruz no permanece ajeno a esta realidad y al problema de muchos vecinos que, hartos de luchar de manera individual durante años y de que el Ayuntamiento no haga caso a sus peticiones, han decidido crear La Ñamera, la primera asociación ambiental que pretende combatir de forma activa esta amenaza silenciosa que provoca serios daños en la salud.

Personal de limpieza que trabaja por la noche y no puede descansar durante el día; estudiantes que no se pueden concentrar, personas mayores que padecen apneas del sueño desde hace varios años con informes médicos que lo constatan, o padres y madres de niños a los que les cuesta despertarse para ir al colegio porque no han podido dormir bien a causa del exceso de ruido son algunos de los perfiles de sus integrantes.

La Ñamera espera que la ordenanza contra el ruido se cumpla y pase lo mismo que con la que regula las terrrazas | Fran Pallero
La Ñamera espera que la ordenanza contra el ruido se cumpla y pase lo mismo que con la que regula las terrazas | Fran Pallero

Los primeros encuentros fueron entre comunidades de vecinos, la mayoría del casco, afectadas por los karaokes en los bares, conciertos sin autorización, música a todo volumen o batucadas en las calles en actos que ni siquiera se justifican, como carreras deportivas. A ellas se han unido otras de La Paz y Punta Brava, y particulares que llevan muchos años batallando contra este problema de forma individual, a los que el Ayuntamiento no les ha hecho caso.

Se definen con una famosa frase que para ellos resume la esencia de su lucha: “La unión hace la fuerza”. Uno de sus objetivos más próximos, además de captar socios, es conseguir que se apruebe en el primer trimestre del próximo año la primera ordenanza contra el ruido, que se encuentra en fase de estudio, tal y como se lo prometieron desde el grupo de gobierno.

Eso sí, La Ñamera también velará porque se cumpla, porque de nada sirve una normativa “si después no hay medios humanos para velar por su cumplimiento, como ocurre actualmente con la ocupación de la vía pública, con la que el Ayuntamiento es bastante permisivo”, subrayan su presidenta y secretaria, María del Cristo González y Penélope García, respectivamente.

Ambas quieren dejar claro que la asociación no pretende “que no haya fiestas”, porque eso genera economía en el municipio, sino que estas se regulen en tiempo y en decibelios y que se distribuya su ubicación, “para que todas las actividades no se concentren en el mismo lugar”.

Su única intención es que se respete la intimidad de cada vecino, porque “tener la fiesta dentro de casa y sin desearla” es una manera de violar el domicilio y la intimidad de cada persona, un límite que según la asociación no se puede rebasar, “más allá de qué partido esté gobernando”, que en este caso es lo menos importante.

“Nos intentan vender que hay ruido porque hay turismo”

La contaminación acústica es una asignatura pendiente en el municipio que hasta ahora ningún Gobierno se ha atrevido a afrontar. “Nos intentan vender que hay contaminación acústica porque somos una ciudad turística, pero es al revés. Justamente por ello, se debe respetar el descanso de los turistas”, sostienen desde La Ñamera n

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