Piden pruebas de ADN para averiguar quién puso agujas en la silla de un inspector

Malestar entre los policías locales por la trascendencia pública de un acto que rechazan tajantemente, pero que consideran una gamberrada
Foto S. Méndez
Foto S. Méndez

El subcomisario jefe de la Policía Local del Puerto de la Cruz, Francisco Gómez Pérez, dispuso ayer una orden por la cual se solicitará a los agentes de servicio el pasado fin de semana que se presten a una prueba de ADN y faciliten sus huellas dactilares al objeto de averiguar quién puso los alfileres en la silla de un inspector que se pinchó con los mismos a primera hora del pasado lunes y que ha presentado denuncia por estos hechos en la Comisaría de la Policía Nacional que cubre tanto esta localidad turística como el vecino municipio de Los Realejos.
Aunque en dicha orden se describe lo acaecido como “un hecho delictivo”, varios policías locales portuenses expresaron ayer a este periódico que, siempre desde la más enérgica repulsa a un acto de estas características que encima tiene lugar en las dependencias de la propia Policía Local, consideran el hecho como una mera gamberrada que felizmente no tuvo mayores consecuencias para el inspector afectado, y sustentan sus palabras en el hecho de que, tras ser atendido, se reincorporó sin mayores problemas a su puesto de trabajo ese mismo lunes.

Esclarecimiento

Sea como fuere, el asunto ha generado malestar en el seno de este cuerpo policial, al entender que su repercusión pública genera una imagen distorsionada de la Policía Local del Puerto de la Cruz que en nada beneficia a su trabajo. Pero sobre todo hay malestar porque se dé por cierto que el o los responsables son policías (tal y como sostiene el inspector afectado en su denuncia), cuando a la zona donde se produjo el incidente -explican- tiene acceso personal de confianza, de la limpieza, administrativos, informáticos, concejales o personal de señalización. Por lo que respecta a las pruebas de ADN y de huellas dactilares, hay voluntad clara entre los policías portuenses para que se esclarezca el asunto y, en consecuencia, obedecerán de inmediato a la autoridad judicial competente si considera pertinente realizar tales pesquisas.

Tal y como han recogido varios medios locales, en la denuncia se relata que fue a la llegada del inspector a su puesto de trabajo habitual en la mañana del lunes pasado cuando se pinchó con tres de las seis agujas de aproximadamente seis centímetros de longitud que habían puesto en su silla. El consiguiente parte médico hace referencia a “pequeñas lesiones” en ambos glúteos.

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