El senador por La Palma, Mariano Hernández Zapata, ocupó el escaño en la Cámara Alta contiguo al de la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, los tres últimos plenos antes de que falleciera por un infarto. Un tiempo que compartió con una de las principales líderes históricas de su partido, en el momento más crítico de su trayectoria, tras verse implicada en un presunto caso de blanqueo de dinero y tener que renunciar a su militancia en el PP.
– ¿Cómo se sintió al lado de Rita Barberá y ante el foco de multitud de cámaras que la seguían?
“El primer momento me impactó, porque había un revuelo mediático desorbitado. Es una persona y así, con toda la humildad del mundo, la tratamos yo y mis compañeros de escaño. Lamento mucho lo que pasó, pero me alegra haber sido lo más cercano y humano con ella que pude, que es lo que procuramos hacer en todo momento”.
– Durante las sesiones plenarias que compartieron, ¿la exalcaldesa de Valencia le trasmitió que se sentía mal?
“No. En el primer pleno, cuando la reubicaron -pasó a los escaños asignados para el grupo Mixto-, parecía estar bien. Imagino que llevaba la procesión por dentro. No es del gusto de nadie ser el centro de atención por algo así, sintiéndose inocente como ella se sentía, y el revuelo mediático que se formó a su alrededor. Y más teniendo en cuenta que en esta Cámara hay un senador acusado por terrorismo y no se ha nombrado en absoluto y ha pasado desapercibido”.
– ¿Hablaban mucho?
“Lo normal. Hablamos sobre los temas que se trataban en los plenos. Me preguntaba por lo que íbamos a votar, para hacerlo en consonancia con el PP. Incluso, de broma, me decía, no me engañes . En algún momento también hablamos sobre la familia y lo importante que era para nosotros. Me habló de sus sobrinas. Me decía que la familia, sus sobrinas, eran lo realmente importante de la vida. Ella lo que sí tenia claro es que lo dejaría todo cuando se demostrara su inocencia o se archivara el caso. Tiene que ser muy difícil para una persona que lo ha sido todo en política verse acusada de manera injusta, por un asunto que ni siquiera está probado. Y difícil tomar una decisión, cuando sientes que estás siendo injustamente tratada”
– ¿Cree que el PP obró bien obligándola a dimitir?
“Vivimos un momento en que los políticos estamos siendo mirados con lupa, en una coyuntura compleja, con mucha presión. Hay quien opina que ha sido excesivo y quien no. No soy yo quién para valorarlo. A lo mejor yo hubiera tomado esta decisión. A Inés Arrimadas, de Ciudadanos, partido que fue el máximo exponente de la presión sobre Rita Barberá, le oí decir a propósito de lo sucedido, que se mantenía en que solo por estar investigada una persona debía abandonar la política. Quizá este caso nos sirva a todos para recapacitar. La presunción de inocencia para los políticos y cualquier vecino ha desaparecido”.
– ¿Nunca hablaron del caso por el que estaba siendo investigada?
“No, nunca. Ni le pregunté ni hablamos de este asunto.”.
– ¿Sufrió mucha presión mediática?
“Brutal, sobre todo el primer día. Era enorme. Fueron tantas las fotos que le hacían, que en un momento que pestañeó la cogieron como si estuviera dormida, pero la verdad es que jamás se durmió. Cuando tienes a la mayoría de los medios apostados esperando a que te equivoques o cierres un ojo para sacar una foto, lo tienes complicado”.
– ¿Se quejaba de éso?
“No, no se quejaba. No la escuché nunca quejarse de nada. Bromeaba incluso con la persecución que sufría”.
– ¿Solía estar pendiente de lo que publicaban los medios?
“En un pleno, que empieza a las nueve de la mañana y termina a las seis de la tarde, es imposible estar todo el tiempo enchufado. Ella miraba los medios de comunicación en su tableta, sobre todo los asuntos relacionadas con ella. Estaba muy pendiente de lo que publicaban sobre ella”.
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