Roban la corona dorada de la Virgen del Carmen

La sustracción tuvo lugar en la iglesia de Los Olivos, en Adeje, de donde también se llevaron el sagrario, un copón de plata y otros objetos
La imagen, que luce distinto manto, con la corona (a la izquierda); ayer, sin la misma, tras el robo. DA / Gerard Zenou
La imagen, que luce distinto manto, con la corona (a la izquierda); ayer, sin la misma, tras el robo. DA / Gerard Zenou

La iglesia de Los Olivos, en el municipio de Adeje, fue objeto de una profanación, así lo calificó su párroco, cuando uno o varios individuos robaron la corona bañada en oro de la copatrona de la parroquia, la Virgen del Carmen, el sagrario, un copón de plata y otros objetos de valor. El asalto al templo tuvo lugar en la noche del pasado lunes. Esteban, el párroco de la iglesia, señalaba ayer a este periódico que los objetos robados “no tienen un gran valor económico”, al tratarse de una iglesia humilde construida hace menos de 10 años, ni tampoco había mucho dinero en las alcancías que fueron forzadas, según relató el cura. Ayer tarde, antes de la misa de las siete, se procedió a un “acto de desagravio” por parte de los parroquianos, todavía incrédulos ante la profanación sufrida por la Virgen del Carmen, a quien le arrancaron de su cabeza una gran corona bañada en oro, el objeto de mayor valor, según el párroco, junto al sagrario.

El ladrón o ladrones forzaron la puerta de la sacristía de una iglesia que está construida “como un búnker”, señaló el padre Esteban, sorprendido aún por la noticia, que le fue trasladada el martes por la mañana por las monjas que mantienen el templo.

La Policía Local de Adeje, que intervino junto a la Guardia Civil, no quiso dar ninguna información de este hecho ni el martes, cuando fue requerida, ni incluso ayer mismo, cuando se le volvió a solicitar información.

Este tipo de asaltos a templos religiosos no son, lamentablemente, ninguna novedad en la Isla, a pesar de que, como ocurre en este caso, el botín es poco rentable para los amigos de lo ajeno en la práctica totalidad de robos. Ello se debe a que las obras o joyas que realmente tienen un valor importante desde la perspectiva económica son protegidas adecuadamente. Otra cosa bien distinta es el valor sentimental de unos objetos relacionados directamente con la creencia de los feligreses, a lo que hay que sumar el perjuicio que siempre supone la reparación de los daños causados durante el robo.

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