Sobrevivir al atasco

Conscientes del monumental enfado con el que miles de conductores-contribuyentes comienzan su día a día, el área de seguridad del Cabildo publicó semanas atrás un catálogo de consejos. Las pautas de actitud recomendadas a los sufridores de las TF-5 o TF-1 fueron tan poliédricas que igual valían para soportar las colas que para gestionar rupturas sentimentales, cortes de digestión, lesiones, vuelos retrasados por causas meteorológicas, mociones de censura o problemas con el vecino. La batería de propuestas era tan sentidita que costó creer que no se tratara una broma, pero no lo fue. Ahí va. Sin aditivos. Cómo sobrevivir a un atasco. Vamos allá. Primero. Acepta la situación, la solución no depende de nosotros. Segundo. No retroalimentes la frustración repitiendo frases negativas o lamentando constantemente la situación. Tercero. Tolera la frustración, hay que saber sufrir sin generar agresividad. Cuarto. Intenta distraerte, enciende la radio, observa a la gente o el paisaje. Punto final. Hasta aquí. Tal cual.

Qué guasa tienen los padres de la criatura. Olé. Bravo. Está tirado averiguar qué cabeza armó algo así. Es tentador criticar a sus promotores. Resulta muy goloso preguntarse en alto (y por escrito) cómo es posible que en dicho departamento algunos, a ser posible mayores de edad, no pusieran el grito en el cielo e impidieran su difusión. Pero no. Qué va. Hay que aplaudir. Tamaño derroche de sentido del humor bien merece premiarse. No lo han considerado así en el Cabildo, de ahí que alguien haya dado la instrucción de borrarlo en Facebook, donde de días a esta parte no están los consejos sino la indicación de que el enlace no está ya disponible. Una lástima. Vale que no tenía ni pies ni cabeza para sobrellevar un atasco, pero eran de enorme utilidad para afrontar malas rachas, disgustos o divorcios. Una pena.