Antonio Ruiz

Se cumplen cuarenta y cuatro años del fallecimiento del historiador e investigador portuense Antonio Ruiz Álvarez, fundador y primer secretario del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC)

Se cumplen cuarenta y cuatro años del fallecimiento del historiador e investigador portuense Antonio Ruiz Álvarez, fundador y primer secretario del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC). Sus coetáneos le recuerdan como una figura destacada, un estudioso de la vida local e insular que aportó valiosos testimonios que contribuyeron a su conocimiento. Fue colaborador habitual en la prensa tinerfeña y sus trabajos vieron la luz también en emisoras de radio y revistas especializadas. Avanzados los años cincuenta, se trasladó a París, donde residió junto a su familia y donde prosiguió sus investigaciones históricas. Murió en Berlín, a los 54 años de edad, mientras proyectaba un viaje de regreso a su tierra natal. Le recordamos, siendo niño, en las animadas y cultas charlas con la abuela a la que visitaba con frecuencia. Leímos y conservamos desde entonces uno de sus títulos preferidos, Biografías de poetas del Puerto de la Cruz. Es autor también de una Síntesis histórica del muelle del Puerto de la Cruz o de La Orotava. A los hijos insignes de su ciudad natal (los Iriarte, Bethencourt, Miranda, Ventoso, De la Cruz) dedicó interesantes monografías. Otra publicación destacada, Estampas históricas del Puerto de la Cruz, se une a las que plasman los contenidos de La Casa Real de la Aduana y Castillo de San Felipe, curiosamente dos monumentos que son referencias primordiales del patrimonio histórico portuense que espera, por cierto, el impulso del que se habló en el Consistorio hace unos meses. Fue, pues, un apasionado del Puerto y de la cultura. Sensible, inquieto, siempre atento a cualquier documento o vestigio histórico-artístico, indagaba de forma incesante en archivos de entidades y bibliotecas eclesiásticas y particulares. Buen y agudo conversador, le vimos personalmente interesarse ante párrocos y otros investigadores por el curso de restauraciones y proyectos de edición. El memorialista portuense Melecio Hernández Pérez ha evocado el homenaje que un grupo de amigos le tributó antes de su viaje a Francia, en abril de 1957. “Estamos demasiado acostumbrados -rescató Hernández de aquel acto- a leer sus crónicas periodísticas o sus charlas por radio con sus chispazos críticos, duros si se quiere, pero constructivos e inspirados siempre en el bien de nuestro pueblo. Estamos hechos a saborear las anécdotas de la historia de nuestros ilustres antepasados bajo el tono punzante de su pluma; de esa pluma juvenil, adolescente casi, que, metódica y continuamente, iba hurgando entre viejos y quizá olvidados papeles de los archivos provinciales para brindarnos luego las tristes o gloriosas epopeyas de la historia de nuestro pueblo”. Cuarenta y cuatro años ya sin Antonio Ruiz Álvarez, Arual, como firmaba muchos de sus escritos. Sería interesante alguna iniciativa que refrescara su quehacer y su memoria.

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