Doce vándalos apedrean y persiguen con motos a la guagua que llega a Añaza

Amenazaron con cortarle el cuello al conductor y tiraron huevos y piedras contra usuarios en tres ataques repartidos entre dos noches
Los hechos ocurrieron en el barrio de Añaza en las madrugadas del martes y en la de ayer. DA

La guagua de la empresa pública Transportes Interurbanos de Tenerife (Titsa) que cubre la línea 924, que transcurre desde Taco hasta Añaza, sufrió a su paso por la avenida principal de este barrio del suroeste santacrucero hasta tres ataques distintos, llevados a cabo por un grupo de vándalos y que tuvieron lugar, los dos primeros, en la madrugada del martes, y el tercero, en la de ayer, en información corroborada por vías extraoficiales. Esta espiral de inusitada violencia, tan gratuita como intolerable por el desprecio que conlleva a la integridad de los afectados, tuvo su expresión de mayor gravedad precisamente en las primeras horas del día de ayer, cuando una docena de estos enemigos de la paz social amenazaron al conductor de la guagua, lanzaron huevos y piedras contra varios usuarios habituales de esta ruta y contra el propio vehículo, para finalmente perseguir a la guagua con sus motocicletas. Tal acoso acarreó la interrupción del servicio, porque el riesgo de que algunos integrantes del grupo lograsen acceder al interior de la guagua (como pretendían) motivó la prudente retirada del trabajador a las cocheras de la compañía.

Como recoge la denuncia presentada en una comisaría capitalina de la Policía Nacional, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, el primero de los incidentes tuvo lugar poco después de las tres y media de la mañana de la madrugada del martes. Cuando la guagua llegó a una parada ubicada en esa vía principal de Añaza, un vecino habitual de esta ruta pidió auxilio al conductor, ya que aseguraba ser víctima del lanzamiento de piedras que efectuaban varios jóvenes ocultos en las inmediaciones.

Lejos de cesar en tan violento proceder, el vehículo recibió varias piedras (cuyo tamaño por lo general era lo justo para ser abarcada en la palma de una mano) y huevos, si bien no rompió cristal alguno y siguió camino. Sin embargo, al volver a la parada en cuestión arreció el incívico ataque, con la gravedad añadida de que, en este paso previsto sobre las cinco de la madrugada, era una pareja de ancianos la que sufrió la lluvia de piedras y huevos.

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Cuando la misma guagua realizó su primer paso por esa parada en la madrugada siguiente (poco después de las doce y media de la noche), el ataque fue mucho más agresivo, ya que varios jóvenes intentaron penetrar en la guagua activando el botón de seguridad exterior de la puerta trasera, pugnando así con el conductor, que a su vez intentaba cerrarla para continuar con el recorrido, Aunque la gran mayoría de estos vehículos de Titsa no pueden circular si las puertas no están cerradas, afortunadamente la guagua de ese día había sido la excepción a tal regla, lo que frustró inicialmente el asalto de los jóvenes, descritos como unos veinteañeros por los denunciantes de estos hechos.

Fue entonces como hasta doce desaprensivos persiguieron al vehículo desde esta zona a la rotonda que conduce a Santa María del Mar, con especial protagonismo para dos ocupantes de una moto que no dudaron en cruzar la misma, frente a la guagua y amenazar al conductor con un claro gesto de que pretendían cortarle el cuello. Semejante panorama y la perseverante intención de acceder a la guagua por esa puerta trasera condujo a la retirada del trabajador ya comentada.
Fuentes cercanas al caso explicaron que el conductor afectado lleva un mes y medio en esta línea por baja de un compañero, y que durante ese tiempo nunca había tenido problemas en esta zona de la capital tinerfeña.

Otros dos apedreamientos, en Santa Clara y El Sobradillo

Trabajadores y usuarios de Titsa sufrieron el pasado martes otros dos apedreamientos. Uno tuvo lugar a las seis y media de la tarde en El Sobradillo y el otro, también de tarde, en el barrio de Santa Clara. Efectivos de la Policía Local se desplazaron a estas zonas de la capital, sin que pudieran detectar a los incívicos agresores de este transporte público.

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