Baltasar, a pie

Parece mentira, pero en pleno siglo de la tecnología desbordada, los idiotas quieran aprovechar las cabalgatas de Reyes para hacer apología de lo suyo. Ahí tienen lo de Cataluña, llenando de esteladas el cortejo y repartiendo farolillos independentistas. Un proselitismo absurdo, porque la clientela les está bajando de forma alarmante. En Canarias, Coalición Canaria (CC) es más sutil. Pongamos que les hablo de la cabalgata de La Laguna. El trayecto entre la plaza de Abajo (o del Adelantado) y la de la Catedral estaba lleno de pajes del rey Melchor, con trajes orientales, de esos que usaba el ladrón de Bagdad, pero luciendo unos tenis Adidas fantásticos, de última generación. Se trata de las huestes de las asociaciones de vecinos, algunas de las cuales están inmersas en la más detestable horterada. CC las maneja como nadie y atavía a sus alevines con el uniforme de paje, pero les arranca votos seguros.

Luego vendrá la mortadela y la cuchipanda con dinero municipal, pero eso es lo de menos. Son pajes, o sea, funcionarios de los Reyes. Mala suerte tuvo Baltasar, que eligió como montura un caballo de la cuadra de Le Pen, se afuchó el animal en plena Carrera y el buen negro tuvo que cubrir a pie el trayecto, mientras Gaspar y Melchor lo hacían encaramados en las petas de los dromedarios, tan cómodos. No se pueden politizar las cabalgatas de Reyes, como hace la vieja Carmena en Madrid, donde los magos de oriente son en realidad tipos de Podemos y sus mareas subidos a renqueantes bestias. Es la imagen del país que ellos quieren. Dejemos las cabalgatas como están, que ya bastantes preguntas se hacen los niños que van perdiendo la inocencia cuando un rey mago se le parece a un concejal de su pueblo que lanza caramelos lo mismo que firma una licencia de urbanismo. Y eso.