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Hay dos acciones de la banca española que la retratan: las preferentes y las cláusulas suelo

Hay dos acciones de la banca española que la retratan: las preferentes y las cláusulas suelo. Lo que manifiestan esas dos atrocidades es que es la única de Occidente que tiene como fundamento el engañar a los clientes o distraer su dinero. Así, por lo dicho, los cajeros no son un servicio, sino una fuente de ingresos; las cuentas (por más nómina que tengas) no le aportan beneficios al usuario, es el usuario el que tiene que desembolsar una cantidad fija de euros al año para mantenerlas; o los descubiertos, de los que algunos cobran hasta el 50%; los intereses que, comparados con los del resto de Europa, no solo son abusivos, sino hasta punibles. En esas se manejan, para el bien de las ganancias que hasta hace poco publicaban anualmente. Es decir, consideran a los acreedores con cierto poder adquisitivo como víctimas, no como usufructuarios.

Pero lo que indigna en este país no es esa aberrante actitud, es el papel que se han arrogado los gobiernos. Por ejemplo, la ley hipotecaria. No existe un país civilizado en el que se deje a la banca fijar un precio para la hipoteca que es distinto al de la compra cuando se queda con la casa que no se puede pagar. Menos que esa diferencia haya de seguir siendo pagada por quien es desahuciado. La banca no asume riesgos; todos son del prestatario. Que las preferentes no sean delito (por temor a la pérdida de liquidez de los bancos) es atroz. Y queda la punta del iceberg: el Gobierno del PP se ha gastado 122.000 millones de euros en el rescate financiero. El de las cajas entre 2009 y 2015 ha costado más de 60.000 millones a los contribuyentes españoles en plena crisis económica y recortes. Los cambios parlamentarios actuales han especificado: “responsabilidad política”, “despilfarro”, “escándalo” y “agujero”.

¿Por qué? Porque una cosa son los habitantes comunes de este país y otra los susodichos. Por eso una de cada tres personas dependientes no recibe ayuda, España es el país de la UE que más ha recortado en educación con el adiós a la igualdad de oportunidades o 12.000 millones en recortes en sanidad desde 2009.
Dijo una vez el ministro Montoro que intervenir con ayudas directas a los ciudadanos sería intervencionismo. El PP no es un partido comunista, luego… Los desembolsos dichos sí cuentan con ese beneplácito. Magnánimos para unos casos, cruelmente adictos a sus principios para otros.
De donde esas tenemos y con ello contamos, con gobiernos incongruentes y una banca siniestra.

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