El Gobierno ha decidido dilatar aún más la vida de las cabinas telefónicas y las guías de teléfono y ha obligado, a través de un decreto publicado la pasada semana en el Boletín Oficial de Estado (BOE), a Telefónica a seguir prestando estos servicios hasta el 31 de diciembre de 2017, con la posibilidad de que esta designación pueda extenderse hasta el 31 de diciembre de 2018. Esta decisión se produce después de que el concurso para ambos servicios quedara desierto por la ausencia de participantes.
El Ministerio explica que la prórroga en un año, en lugar de cinco, como sucedía hasta ahora, dependerá de si ambas prestaciones siguen considerándose un servicio universal o esta calificación es suprimida o modificada por la normativa nacional o comunitaria aprobada en materia de comunicaciones electrónicas.
En este contexto, ya en marzo del año pasado la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) remarcaba que dicho servicio estaba “en claro declive” y aconsejaba replantearse la conveniencia de seguir exigiendo normativamente la prestación de este elemento del servicio universal dado su bajo nivel de demanda y que en un número significativo de países de la Unión Europea ya no se designa operador encargado de su prestación.
De hecho, Europa ha iniciado el proceso de adopción de una nueva directiva que ya no incluye como obligatorio el suministro de una oferta suficiente de teléfonos públicos de pago y la elaboración y entrega de la guía telefónica como parte integrante del servicio universal de telecomunicaciones.
El coste de mantenimiento debido al vandalismo asciende a más de 1,4 millones de euros
Actualmente, el número de cabinas telefónicas que hay en España es de 18.161, según cifras del propio Ministerio de Industria. Una cantidad que está muy alejada de las más de 108.000 que habían en el año 2000. Y es que en los últimos tres años la caída ha sido del 32%, lo que evidentemente hace que el servicio sea claramente deficitario tanto por su bajo uso, debido fundamentalmente a la aparición del teléfono móvil, como por el alto grado de vandalismo, que hace que su mantenimiento sea “muy costoso” para el operador. En 2012, por ejemplo, el coste neto de estas cabinas alcanzaba los 400.000 euros y ya en 2014 superó los 1,4 millones. Un coste que Telefónica cifra en más de cinco millones. A esto hay que añadir que, según datos del Eurobarómetro, el 88% de los españoles no ha utilizado una cabina en el último año. Según la propia Telefónica, las ciudades con más cabinas son Madrid (1.000), Barcelona (500) y Las Palmas de Gran Canaria (400).
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas