Ronda Rousey no se aprendió bien la lección que le dio Holly Holm cuando hace 13 meses le arrebató el cinturón de campeona del UFC por la vía del cloroformo. La deportista más mediática de los deportes de contacto volvió y lo hizo cometiendo los mismos errores que le llevaron al primero de sus fracasos dentro del octógono.
En aquella ocasión Rowdy al menos llegó al segundo asalto. Esta vez Amanda Nunes no le dio ni siquiera la opción de pasar del minuto de combate. La brasileña utilizó una táctica bien simple, evitar el agarre de la medallista olímpica de judo y disparar a matar con golpes rectos.
Rousey se encontró de frente con toda la artillería de la vigente campeona, mostró sus carencias defensivas cuando le toca enfrentarse a una striker. No encontró un plan b, lo que encontró fue un aluvión de golpes al rostro que, primero, le hicieron sangrar por la nariz y después, a los 48 segundos del pleito, obligaron a detener el compromiso con Rousey flotando sobre el entarimado enrejado. Alrededor de tres millones de dólares se metió en el bolsillo la norteamericana por menos de un minuto de combate.
En el otro evento estelar de la noche Cody No Love Garbrandt le arrebató el cinturón del peso gallo venciendo por puntos a Dominick Cruz y dejando un detalle inolvidable cuando su joven amigo de diez años, Maddux Maple fue el que recibió su cinturón de campeón. Maddux superó una leucemia gracias, entre otras cosas, al apoyo económico de Garbrandt.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas