Santa Cruz proyecta recuperar el Castillo de Paso Alto para uso público

La concejalía de Patrimonio Histórico ha iniciado conversaciones para poner en marcha rutas guiadas que permitan acceder a la fortaleza desde el Club Militar del mismo nombre
El Castillo de Paso Alto está cedido al Ayuntamiento de Santa Cruz, no así los terrenos de acceso que son militares. / F. P.

Puede que la historia que atesoran muchas de las fortificaciones que componían la defensa del litoral de Santa Cruz, cuando esta fue denominada plaza fuerte de Canarias, acaben perdiéndose con las últimas piedras que quedan de ellas. Pero hay otras que siguen en pie, en perfecto estado de conservación y que podrían suponer para la renaciente industria del turismo en la capital, un atractivo único. El Castillo de Paso Alto es una de esas fortificaciones que está en muy buen estado de conservación y que lo que entre sus paredes ha sucedido merece ser contado. Desde ser la última morada del pirata Cabeza de Perro (en sus celdas esperó a su fusilamiento construyendo réplicas de barcos), a convertirse un punto de represión durante la Guerra Civil o incluso acoger entre sus paredes a un cristo milagroso. La Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Santa Cruz ha propuesto a la Concejalía de Patrimonio capitalina, la apertura de este espacio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2012 y que permitiría poner en valor tan especial pieza histórica.

La concejal responsable del área, Yolanda Moliné, confirmó a DIARIO DE AVISOS, que, efectivamente se está estudiando esa posibilidad, la de abrir al público este lugar. Aunque, detalló, tiene un serio problema, “no es accesible”. Y es que el castillo tiene una enorme escalinata para acceder a su patio interior, una dificultad esta que tiene difícil solución ya que al ser BIC, las obras que se pueden hacer son muy limitadas y muy costosas. Moliné reconoció que ya ha iniciado conversaciones con el Club Militar Paso Alto, porque, aunque la fortificación está cedida al Ayuntamiento, lo cierto es que para acceder a la misma por la parte de atrás, se hace necesario pasar por los terrenos de los militares, entrando desde el propio Club de Paso Alto. “Nos reunimos con ellos por el tema de los jardines y pedirles que lo mejoraran porque hay problemas con algunos árboles y aprovechamos para estudiar la posibilidad de que, de cara al futuro, se pudieran hacer rutas guiadas, en momento puntuales, a las que se accediera desde Paso Alto”.

Sin embargo, la edil no quiere ni puede olvidarse de la accesibilidad, por eso, “es necesario que antes de hacer nada hablemos con las asociaciones de discapacidad”. La concejal incluso ha pensado que, para atender sus necesidades, podría desarrollarse algún tipo de visita virtual para las personas que no puedan acceder. Todo se haría en conjunto con el área de Cultura.

Recuerda la edil que además, la cesión al Ayuntamiento se hizo con la condición de que ahí se expusiera algo relacionado con la Gesta del 25 de Julio, por lo que también debe hablar antes con las asociaciones relacionadas con este importante hecho histórico. Moliné tiene muy claro que, cualquier cosa que se impulse en este espacio, debe recoger todas las sensibilidades en torno a él, desde la ya mencionada Gesta como la del hecho de que fuera una cárcel franquista durante la Guerra Civil.

Héroes y villanos

Solo repasando la historia de esta fortificación se podría hacer una ruta que llamaría la atención de propios y extraños. Y es que el Castillo de Paso Alto, tal y como lo conocemos, se reconstruyó en 1784, después de que una tormenta lo destruyera. El ingeniero militar Andrés Amat de Tortosa fue el encargado de su reconstrucción y tras ella se convirtió en el segundo castillo en importancia de Santa Cruz. Como tal, participó eficazmente contra el ataque del Almirante Horacio Nelson. La Escuadra Inglesa arrojó más de 41 bombas sobre el castillo y solo una de ellas cayó en la cocina, rompiendo algunas tejas, mientras que otra hizo explosión dentro de la capilla, en donde se hallaba un crucifijo, sin que causara el más leve daño los seis cascos en que se abrió. Es de aquí donde se forjó la historia del Cristo milagroso, ya que en la capilla se exponía el cuadro del Cristo de Paso Alto. El castillo fue utilizado además, como calabozo del pirata tinerfeño Ángel García, conocido con el sobrenombre de Cabeza de Perro.

El castillo fue convertido en una prisión para recluir a los republicanos durante la Guerra Civil. / DA

El último alcalde republicano, José Carlos Schwartz, fue encarcelado en la fortaleza hasta su ejecución

En los casi cinco siglos de historia del Castillo de Paso Alto, el capítulo más negro de su historia es el que se desarrolló durante la Guerra Civil Española. Entonces, los golpistas que se alzaron en armas contra la República lo escogieron com prisión militar para recluir a los republicanos. Sus sótanos y celdas fueron testigos de tortura y muerte, entre ellas la del último alcalde republicano de Santa Cruz, José Carlos Schwartz, que fue detenido el 18 de julio de 1936, por miembros del ejército sublevado, a las siete de la mañana en su domicilio y trasladado a la prisión del Castillo de Paso Alto. La madrugada del 2 de octubre de 1936 dos personas conocidas de la familia habían ido a buscarlo por la noche a su celda para asegurarle que iban a llevarlo a su casa, según testimonio de uno de los soldados que custodiaban el castillo a la que ya era viuda de Don José Schwartz, Doña Jorgina Esquivel Díaz, quien supo que fue trasladado a Las Cañadas del Teide, donde lo mataron.

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