El cadáver aparecido el pasado Día de Reyes en la Marina deportiva de Santa Cruz de Tenerife corresponde a un varón de nacionalidad marroquí y 32 años de edad que fue visto cinco días antes merodeando en las embarcaciones, una actitud que a juicio de un testigo solo podía obedecer a que su ánimo era apropiarse de objetos en el interior de los mismos, en información facilitada por fuentes conocedoras del caso. La aparición de esta persona ahogada llamó particularmente la atención dado que era el segundo caso de supuesto ahogamiento registrado en las instalaciones portuarias de la capital cuando aún el año no había cumplido una semana.
Si bien el primero de los ahogados apuntaba desde primera hora a un posible suicidio, el segundo era un misterio del que apenas había trascendido que se había denunciado la desaparición de una persona en el lugar en Año Nuevo. Fue un testigo, concretamente un ciudadano francés propietario de una embarcación fondeada en el lugar, quien comunicó entonces dicha desaparición, y ahora se sabe que el cadáver aparecido cinco días después es el de dicha persona. El francés describió al hoy finado en actitud sospechosa a primera hora del 1 de enero, y explicó que su manera de actuar también inducía a pensar que se encontraba bajo el efecto del alcohol o de otras drogas. Dicho testigo asegura que el infortunado, en su torpeza, resbaló y cayó al agua tras golpearse, y que por ello dio parte sin tener más noticia hasta Reyes.
Policía portuaria y Guardia Civil, mano a mano para aclarar el caso
Habida cuenta del lugar donde se produjeron los hechos, las aportaciones realizadas por la Policía Portuaria han facilitado la tarea de los guardias civiles asignados al fallecimiento de esta persona, demostrando una vez más la importancia de este servicio en una zona tan importante como son las instalaciones del puerto santacrucero.
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