“Cinco años después, sigo sin saber por qué me acosaban en el colegio”

La Asociación Canaria No al Acoso Escolar alerta de las consecuencias que tiene para una persona sufrir esta situación y anima a los padres y a los profesores a intensificar la observación para frenar los casos
El perfil de la víctima y el acosador no está definido en su totalidad, incluso pueden intercambiarse. DA

La sociedad está cada vez más concienciada en la lucha contra el acoso escolar, un problema que se ha agudizado en los últimos años, sobre todo por la aparición de las redes sociales y las nuevas tecnologías, que han provocado que el bullying llegue a fronteras que antes eran impensables. Hace unas semanas, en Canarias se conocía el caso de una agresión a una joven, en Lanzarote, difundida a través de redes sociales, además de otros tantos casos similares en el resto del país. Con el fin de luchar contra esta problemática y asesorar a las personas que la padecen nació la Asociación Canaria No al Acoso Escolar (Acanae) en junio de 2014. Hasta la fecha, se trata del único colectivo de esta índole que trabaja en la materia, explican a DIARIO DE AVISOS su presidenta y el vicepresidente, Lorena Martín y Roberto García. Ambos destacan que se trata de un problema importante, al que hay que hacerle frente. Alertan de que las formas de acoso han empeorado con los años. “Con las nuevas tecnologías y las redes sociales, el acoso nunca acaba, dura las 24 horas del día, mientras que antes terminaba cuando finalizaba la jornada escolar”, explica García.

Hasta ahora, las principales actividades de este colectivo giran en torno a la información y la concienciación de la población sobre este problema que existe en las aulas, al igual que en escuchar y atender a las víctimas que se ponen en contacto con el colectivo. “Cada vez recibimos más llamadas y consultas, sobre todo de padres, porque en los centros no se les da información o esta no es del todo eficaz”, revela Martín.

La idea es, a partir de ahora, poder crecer a nivel asistencial, para lo que demandan la implicación de la Administración. Acanae insiste en la necesidad de que no solo los padres y los colegios deben concienciarse sobre esta problemática, sino también las instituciones públicas y privadas. Los responsables de este colectivo son claros a la hora de diferenciar una situación de acoso y un problema puntual entre dos compañeros. “Los problemas puntuales son normales; el acoso es una situación de maltrato físico o verbal que se produce durante un periodo de tiempo prolongado con la finalidad de hacer sentir mal a la otra persona”, define Roberto García. “Además, hay una diferencia de poder”, añade Lorena Martín. “Es importante olvidar mitos como el que esas situaciones son cosas de niños o que forman parte del aprendizaje”.

En cuanto a la evolución de las cifras, el vicepresidente sostiene que no cree que el número de víctimas haya aumentado, ni tampoco descendido, “simplemente, ahora hay mayor concienciación”. Sobre los indicadores que definen al acosador, explican que suele tener baja tolerancia a la frustración y dotes de liderazgo. “No siempre esto es así, los roles pueden cambiar por un mecanismo de defensa o por haber interiorizado este rol”, dice García.

Desde Acanae se insiste en la importancia de trabajar los trastornos que pueda causar este problema, no solo en la víctima, sino también en el agresor. Por ello, animan a padres y docentes a ser cada vez más observadores para detectar los síntomas de estas situaciones, que pueden ser, entre otros, cambios en la personalidad e incluso físicos.
Las consecuencias que padecen las víctimas de bullying, según alertan los responsables de Acanae, son, a corto plazo, una baja autoestima, bajas calificaciones, ansiedad, efectos psicofisiológicos, depresión, e incluso pensamientos suicidas y su materialización.

Jornadas y conferencias para concienciar a los más pequeños

Desde que se puso en marcha Acanae, hace ya tres años, este colectivo ha participado en distintas iniciativas para concienciar a la población, sobre todo a los más pequeños, de la realidad sobre el acoso escolar. Además, han tomado parte en varias investigaciones.

“Cinco años después, todavía sigo sin saber por qué me acosaban en el colegio”

Uno de los motivos que llevó a Lorena Martín a fundar, junto a otros compañeros, la Asociación Canaria No al Acoso Escolar (Acanae) es que fue víctima de bullying hace unos años, como así reconoce, por primera vez, ante un medio de comunicación. Con 11 años cambió de centro escolar y, aunque asegura que esto no fue lo que originó el acoso y que podría haberle ocurrido en cualquier otro instituto, fue cuando comenzó todo.

“Soy una persona tímida, introvertida y me costaba relacionarme con otros compañeros”, explica en declaraciones a DIARIO DE AVISOS. Esas características pudieron haber influido en que se convirtiera en el blanco de un grupo de cinco chicas de su edad que durante varios años la hicieron víctima de insultos, malas contestaciones, acoso psicológico e incluso algunos empujones. “Aún sigo sin entender el motivo de este acoso”, detalla.

Además, Lorena señala que durante ese tiempo -hasta que cumplió los 18 y abandonó el colegio- de verdadero tormento nadie del centro supo reconocer la situación, por lo que no obtuvo ayuda alguna. “Muchas veces en el recreo me iba sola a la biblioteca o me encerraba en un baño”, detalla. Aunque tuvo algunas compañeras más cercanas, dice que nunca se sintió apoyada por ellas. De hecho, hubo una época en la que llegaron a distanciarse.

El primer episodio de acoso que recuerda tuvo lugar en una de las actividades extraescolares a las que acudía ella y el grupo que la molestaba. Durante las clases hubo una discusión entre dos grupos de alumnos y, dado que Lorena le hizo frente a una de las jóvenes que lideraba el acoso, esta aprovechó la oportunidad para ridiculizarla y meterse con ella. “Ya la manía que me cogió fue a peor, con insultos, difundiendo rumores e incluso con algún empujón”, asegura. Sus padres no supieron nunca, durante esos años, lo que le estaba pasando a la joven, puesto que esta situación en el centro se la “tragaba” y no la compartía con nadie, lo que hacía muy difícil que ellos pudieran sospechar lo que estaba ocurriendo. Además, el resto de sus compañeros tampoco hizo nada para frenar esta situación, según reconoce la propia afectada, porque llegaron a verlo como algo normal.

Ayuda de un especialista

En estos seis años, Lorena no fue consciente nunca de que lo que estaba viviendo era acoso escolar. “Tuvo que ser una psicóloga quien me hiciera ver la realidad”, reconoce. Una vez finalizado el instituto, esta joven acudió a una especialista porque sentía que necesitaba ayuda. Su autoestima estaba en el suelo. “Con 15 o 16 años no era consciente de lo que me pasaba; creía que esto me sucedía porque me había tocado a mí y porque me lo merecía”, afirma. “Todo esto me ha afectado bastante, me provocó depresión, ansiedad, baja autoestima y falta de confianza, además de que mi rendimiento escolar bajó muchísimo”, sostiene. “Llegué hasta a pensar en el suicidio”, confiesa la joven durante la entrevista.
Ahora, con 22 años -y transcurridos cinco desde que viviera esos episodios- ha podido superar, en parte, esos trastornos que le causó la situación padecida aunque, aun así, afirma que hay momentos en los que todavía tiene ansiedad. Sobre la elección de sus estudios superiores (actualmente cursa el Grado de Psicología), Lorena indica que el acoso sufrido puede que le haya condicionado a la hora de elegir esta carrera universitaria. Además, cuenta que uno de los motivos principales que le llevó a fundar la asociación es poder ayudar a personas que estén pasando o hayan pasado lo mismo que vivió ella.

Sobre la posibilidad de encontrarse de nuevo con las cinco chicas que la acosaron -algo que no ha ocurrido en estos años-, sostiene que no cree que le afecte demasiado. “Ya no soy aquella niña”, declara de forma tajante. De hecho, reconoce que de poco serviría que estas le pidiesen disculpas por lo sucedido. “No les voy a guardar rencor, pasó hace tiempo y me ha servido para ser más fuerte”. Incluso cree que es probable que ellas no sean conscientes del daño que le provocaron.

La presidenta de Acanae insiste en la importancia de que la víctima de un acoso no se deje vencer, ni se deje engañar. “Yo pensaba que me lo merecía, por eso nunca dije nada, y me equivoqué”.

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