La valentía de Flora, clave para que la condena sea elevada

El tribunal condena a David Batista a 25 años de cárcel por un delito de asesinato y a 12 por un delito de incendio con riesgo para la vida
David Batista, condenado | SERGIO MÉNDEZ

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a David Batista a un total de 37 años de cárcel por el asesinato de su exnovia Laura González, a la que quemó viva tras rociarla con gasolina en una tienda de Santa Cruz de La Palma en julio de 2015 y en plenas fiestas lustrales. Esta decisión de la Audiencia Provincial llega tras la adoptada por el tribunal de jurado popular, que una vez celebrada la vista oral el mes pasado consideró a David culpable de los delitos de asesinato (cualificado por la alevosía y el ensañamiento probado durante el proceso) y de incendio con riesgo para la vida o integridad de las personas. En concreto, la pena de asesinato fijada ahora es de 25 años de cárcel, por cuanto se aprecian las circunstancias que agravan la responsabilidad de parentesco y de género, mientras que en el caso de incendio se quedó en 12 años, si bien la prevista era entre 10 y 20.

En la sentencia se aprecia concurso real de acciones (lo que permite sumar las penas) gracias fundamentalmente al riesgo que corrió Flora, la valiente clienta a la que atendía Laura y que no dudó en arriesgar su vida en el afán de salvar a la propia muchacha. Flora tiró del brazo de David, lo que motivó además que también se quemara.

La decisión del tribunal también incluye varias penas accesorias, tales como imponerle las costas del proceso o prohibición de acercarse a los padres de Laura a menos de 500 metros, a quienes debe indemnizar con un total de 300.000 euros.

Tal y como ya decidió el jurado popular, la sentencia considera probado que David Batista roció con gasolina y prendió fuego a Laura González, de 27 años, el pasado 10 de julio de 2015, causándole quemaduras en el 95% de su cuerpo, falleciendo aproximadamente una hora y media después tras enormes dolores. David y Laura habían mantenido una relación sentimental durante cuatro años que acabó apenas dos meses antes del crimen, y él nunca lo aceptó.

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