Función Pública ‘arde’: 40 grados a la sombra en invierno

Los trabajadores del inmueble que también alberga las instalaciones de la Agencia Tributaria Canaria y dependencias de Hacienda se quejan del ambiente “insufrible” por las altas temperaturas
Edificio del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, que alberga dependencias de la Agencia Tributaria, Hacienda y Función Pública. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

El ambiente estaba caldeado en el Gobierno de Canarias durante la fase terminal de la cohabitación entre CC y el PSOE, cuando las tensiones encendían las alarmas a cada rato. Dos meses después del apagón, las elevadas temperaturas bordean los límites soportables por los trabajadores de algunos edificios oficiales. En las instalaciones de Función Pública en Santa Cruz de Tenerife, un módulo del complejo compartido con la Agencia Tributaria y dependencias de Hacienda, el ambiente es sofocante. Los alrededor de 50 empleados han soportado hasta 40 grados centígrados mientras el termómetro no superaba los 18 en la calle. “Lo mínimo en estos días nublados y lluviosos son los 26 grados”, relata María del Cristo Dorta López. Ella es delegada de personal y representante del Sindicato de Empleados Públicos de Canarias (Sepca) en la Junta de los Servicios Centrales. “Ya pensamos en cómo ir vestidos al día siguiente para quitarnos la ropa y aguantar allí. Fuera tienes que llevar chaqueta y dentro te achicharras”.

Aunque la situación viene de meses, se ha agravado coincidiendo con el relevo de los altos cargos: Francisco Javier Rodríguez sustituyó a José Gregorio Martín como director general en esta área de la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad, donde José Miguel Barragán asume las responsabilidades que desempeñaba Aarón Afonso.

En un escrito remitido a Rodríguez, Dorta expone: “El sistema de refrigeración no funciona correctamente, con lo que se incumple lo regulado en el real decreto 486/1997, de 14 de abril, que establece las condiciones de seguridad y salud en los lugares de trabajo en cuanto a las temperaturas y, como legislación especial, el real decreto 1826/2009, de 27 de noviembre, sobre locales de uso administrativo, comercial y pública concurrencia. Estas circunstancias provocan un riesgo evidente de estrés térmico”. En consecuencia, solicita que se adopten las medidas correctoras oportunas.
En la sede de Sepca, Cristo revive para este periódico la “insufrible sensación de agobio y bochorno” que padecen los trabajadores. El lenguaje corporal de la testigo expresa las emociones del colectivo afectado. “Abres la puerta y te llega la corriente fría”, apostilla. “¡Un microclima!”.

Posteriormente, los miembros del Comité de Seguridad y Salud de esa consejería Adolfo Sánchez-Barbudo Doña y Antonio Díaz Palenzuela instaron a la presidenta del órgano a que convocara una reunión en la que estuvieran presentes el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, la Secretaría General Técnica, así como el director general de Patrimonio y Contratación. En una visita al “horno”, Adolfo sintió pavor: “El calor se iba incrementando por metros. La gente se encontraba por fuera de los despachos y una señora estaba con sudores”. Existe un problema -no el único- con el aire acondicionado: “De los 17 equipos, hay diez estropeados”. Más se calentaron -él y el presidente del Comité de Empresa, Pepe Mascarell- al no recibirlos el director general.

Arturo Cabrera, de Patrimonio y Contratación, sí respondió a la llamada del DIARIO: “Se va a renovar el aire acondicionado en su totalidad. Entretanto, buscamos soluciones paliativas, como redistribuir los despachos y colocar protectores en las ventanas para repeler el calor”.

Destinado en un principio, parece ser, a centro comercial, el inmueble se alquiló con opción de compra. A un frente, malos aires; al otro, tres desmayos. En Función Pública, el invierno es un infierno.

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