La idiotez de Zapatero

Yo creo que Zapatero admira a Carter, que fue un manisero yanqui que llegó a presidente de los Estados Unidos y que ni siquiera fue reelegido para un segundo mandato

Yo creo que Zapatero admira a Carter, que fue un manisero yanqui que llegó a presidente de los Estados Unidos y que ni siquiera fue reelegido para un segundo mandato. Más tarde se convirtió en mediador iberoamericano y cada vez que intervenía armaba tremendo lío. Zapatero es exactamente igual. Ha metido la nariz en Venezuela, en un nuevo intento por descubrir la pólvora, y cada vez que se entrevista con Maduro, sube el pan. Un expresidente de España, si tiene dos dedos de frente, no va a hablar con un bruto que acaba de decir del actual presidente español que es un bandido y que protege a delincuentes y asesinos. Si aquí hay un protector de asesinos ese fue Chávez y ahora son sus secuaces, entre ellos el propio Maduro, que dieron cobijo a los asesinos de ETA para que abrieran restaurantes en el Valle del Galipán, en la cordillera del Ávila, y en otros lugares de Venezuela. Como el tal De Juana Chaos, que aún sigue refugiado en una localidad costera de ese país, con restaurante abierto igualmente, si no se ha muerto. Los de ETA son todos muy buenos carniceros, por lo que se ve. Si tuviera dignidad, Zapatero no iría a ver a Maduro, después de que este hubiese insultado a Rajoy y después de que el embajador venezolano en Madrid fuera llamado para que diera explicaciones a Exteriores. Es, cuanto menos, un gesto idiota la visita que hizo Zapatero a Maduro, después de que ocurriera todo esto y, además, visita inútil porque Leopoldo López y otros 120 o 130 presos políticos siguen encarcelados en aquel país. Algunos -como el general Baduel- desde hace casi una década. Zapatero ya se sabe que no es un dechado de inteligencia, pero si insiste en meter la nariz en Venezuela, Leopoldo López no saldrá jamás de la mazmorra. Porque, además, ZP es gafe.

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