Llega la magia de las rondallas

El Auditorio Adán Martín acoge esta tarde la participación de nueve grupos, el mismo número de los años 1991 y 1992, cuando el certamen se celebraba en el Pabellón Municipal de los Deportes
Foto DA

Por Zenaido Hernández

Llegó el día grande para la lírica, para el encuentro con las rondallas. Será esta tarde, a partir de las cinco, en el Auditorio de Tenerife. Nueve rondallas están dispuestas a ofrecer su trabajo: Las Valquirias, A. C. Rondalla Lírico Coral Los Aceviños, Unión Artística El Cabo, Orfeón La Paz de La Laguna, Agrupación Lírica Rondalla Sociedad Mamel’s, A. L. M. Gran Tinerfe, Troveros de Nivaria, Peña del Lunes 1965 y Masa Coral Tinerfeña.

La Sala Sinfónica, con 1.600 localidades, y la retransmisión del acto, que como es habitual hará en directo RNE y otros medios (Televisión Canaria lo emitirá en diferido), permitirán que el público fiel siga el certamen, el más veterano de cuantos se celebran en el Carnaval chicharrero.

Ramón Guimerá, que cuida con puntual fidelidad la historia de nuestra fiesta, precisa que en 1991 y 1992 el Certamen de Rondallas, que se celebró esos años en el Pabellón Municipal de Deportes, contó con igual cifra de participantes que el presente año. Figuraban en aquella edición las recordadas rondallas de la A. V. San Gerardo, Ayesa (de Arafo), A. V. Ruymán y Unión Artística Salud.

Las rondallas están dispuestas para exhibir un año más el esfuerzo colectivo de su trabajo en un certamen que aspira ser solo el pórtico del encuentro que a lo largo de los próximos días ha de llevarles ante su público, con las actuaciones que se han programado en diferentes sociedades, en la plaza del Príncipe, en el Teatro Guimerá, el día 2 de marzo, y con la feliz iniciativa que ha adoptado el Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas, el encuentro que el próximo día 25 hará disfrutar de su desfile y de aplaudir a estos grupos que irán entonando los pasacalles desde la plaza de Weyler, por Méndez Núñez y Pilar, hasta la del Príncipe. Se recupera con ello el encuentro alegre con los que atesoran uno de los más preciados símbolos de la alegría santacrucera, que dan cuenta de la fidelidad y especial atención a la música.
El pueblo chicharrero supo vestir su Carnaval con la alegría. Las rondallas son herederas del decidido empeño que tuvieron los amigos y vecinos, gentes que uniendo voces e instrumentos de cuerda participaron en el Carnaval. Lo hicieron entonando melodías, conjuntando voces, potenciando el virtuosismo de aquellos que habían disfrutado de las compañías que a su paso por el Teatro Municipal dejaban prendido en el recuerdo el repertorio de zarzuela y de ópera que las compañías llevaba de gira hacia América. La atención ante los coros y voces de la lírica dejó prendida en el alma chicharrera la veneración a la mejor música, incluyendo la canción melódica del momento.

Las comparsas vecinales acudían a la fiesta disfrutando de los momentos irrepetibles que suponen dar rienda suelta al canto. Por iniciativa de aquellos grupos se celebra en 1927 el primer concurso, que adoptarán pronto el nombre de rondallas por entender que su actividad se aproximaba a los conjuntos de ronda, que entonan canciones al paso por las calles, entre casa y casa. La plaza del Príncipe (Alameda de la Libertad) acoge el certamen que convocan las propias rondallas. En sus inicios se reconocían por el disfraz que llevaban: sarantontones, dragones del rey… Pronto adquieren más brío con el respaldo asociativo y se irán identificando en su primera etapa: Juventud Republicana (Masa Coral Tinerfeña), Orfeón La Paz, Tronco Verde, Echeyde, La Prosperidad…

Fue en torno a las rondallas donde se gestó el espíritu carnavalero. La alegría del Carnaval, su singularidad, emanaba de esas formaciones que despertaban el mayor interés entre la juventud. Ser rondallero era aval de hidalguía, pues en sí contenía el canto a la esencia, a la mística de la fiesta.

Santa Cruz se enorgullece de disponer de tan genuino hecho diferencial, grupos que desde la afición musical responden airosos al reto de adaptar páginas de la lírica o de cualquier otro género, defendiéndolo con encomiable dignidad. Hoy volveremos a apreciarlo. El programa contiene abundantes sorpresas. Esta edición supone, como en todas las ocasiones, el reto anual, la apuesta por hacer vibrar de emoción al público.
El amor y el respeto por la mejor música ha quedado igualmente arraigado en otros grupos de nuestra fiesta, símbolos también de esa entidad, como son Los Fregolinos y La Zarzuela, que ofrecerán en el Teatro Guimerá la próxima semana sus primeros conciertos, y tendrán otras citas en la plaza del Príncipe.

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