“En Montevideo quedan 13 molinos de gofio, prueba de que los canarios fundamos la ciudad”

Francisco Aznar, vicepresidente del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop) desde 2004, sabe que la conservación del patrimonio requiere la implicación de toda una sociedad y, por eso, no deja de investigar sobre nuestro acervo ni de impartir sus clases en la Facultad de Bellas Artes
Francisco Aznar, presidente de la CICOP | FOTO: CEDIDA
Francisco Aznar, presidente de la CICOP | FOTO: CEDIDA
Francisco Aznar, presidente de la CICOP | FOTO: CEDIDA

Francisco Aznar sabe que la conservación del patrimonio no es cuestión de unos pocos, más bien requiere la implicación de toda una sociedad. Por eso, no deja de investigar sobre nuestro acervo ni de impartir sus clases en la Facultad de Bellas Artes. Fue director general de Cultura del Gobierno de Canarias en 1995, es vicepresidente del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop) desde 2004, director del Departamento de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna; es también autor de diversos libros y artículos de investigación y miembro de las Comisiones de Patrimonio Histórico y Cultural de la Comunidad Autónoma de Canarias, Cabildo de Tenerife y Santa Cruz de Tenerife, entre otras responsabilidades. Sobre conservación y patrimonio conversó con DIARIO DE AVISOS, también sobre la celebración de la fundación de Montevideo, donde los canarios fueron pieza clave.

-Ahora se celebran los 290 años de la fundación de Montevideo. ¿Qué importancia concede al papel de los canarios en ese hecho histórico?
“Los canarios tenemos una gran vinculación con la historia de Latinoamérica. Nosotros no usamos la espada y la cruz para conquistar aquellas tierras; nos llevaban para poblarlas. Ocurrió así en muchos territorios, como Florida, Uruguay, Texas, México, Cuba o Santo Domingo. Éramos gente sencilla, apegada a los terrenos y, por tanto, terminamos fundando muchas ciudades. Ahora es el 290 aniversario de nuestra llegada a Montevideo. Todos los historiadores señalan a los isleños como pieza clave para la fundación de esta gran ciudad. Los primeros canarios llegaron a aquel lugar en 1729, y ya en 1730 se fundó el primer cabildo de Montevideo y, con esto, la primera institución civil en la banda oriental de Uruguay. Nuestra cultura se quedó allí, lo vemos en los 13 molinos de gofio que todavía se conservan, prueba también de que los canarios fundamos esta ciudad”.

-Hace unas semanas publicamos un reportaje sobre el deplorable estado actual de la antigua Facultad de Bellas Artes. ¿Qué le parecieron las imágenes?
“El antiguo edificio de Bellas Artes está abandonado, y no solo físicamente, también institucionalmente. Y es que no se sabe muy bien si es de la Universidad, o de la Consejería de Educación, o del Ministerio. Ese inmueble iba a ser para un instituto, pero al final se adjudicó de forma provisional a la Facultad de Bellas Artes, que ha tenido que esperar 30 años para tener un edificio propio. El nuevo es muy bonito y ha conseguido varios premios, pero también es inhabitable: muchas corrientes de aire, muchas humedades, el hormigón está en mal estado…”.

-Su labor en la facultad y fuera de ella siempre ha estado muy relacionada con el patrimonio…
“Siempre he entendido que no es solo una cuestión de monumentos o de patrimonio inmaterial; es el conjunto de todo eso, de los bienes y de los actos que los humanos realizamos, aquellos que encierran algún significado y que se transmiten de generación en generación. Siempre he creído que la conservación parte de la educación”.

-Tenemos un municipio que tiene el título de Patrimonio de la Humanidad: La Laguna. ¿Hay otros capaces de conseguir ese título en las Islas?
“En Canarias tenemos varios municipios con la posibilidad de conseguir ese título; están, por ejemplo, La Orotava o Vegueta. Esto es algo que nos lleva a la reflexión: ser Patrimonio de la Humanidad es solo un certificado, pero nosotros tenemos una responsabilidad real de conservar todos nuestros bienes. El patrimonio no es un lastre que retrasa el progreso, todo lo contrario; es el legado de ayer, para vivir mejor hoy y proyectarnos en el futuro”.

-Usted también fue una suerte de diplomático de Canarias…
“Hace años fui un diplomático del Gobierno regional. Entonces tenía la labor de defender los intereses del Archipiélago en el exterior y mediar para mantener unas buenas relaciones con el extranjero. Canarias, por su situación geográfica, debe contar con una persona que defienda sus intereses”.

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