El ‘Ringo Star’ de las murgas

Fito Lugo, batería de La Traviata, trabaja en una mensajería pero vive por y para el Carnaval, donde ya lleva 37 años como murguero
Fito Lugo es el actual batería de La Traviata, aunque antes estuvo durante nada más y nada menos que 30 años en Triqui Traques. ANDRÉS GUTIÉRREZ

Por Javier Cabrera

Fito Lugo González, a sus 42 años, vive para y por el Carnaval. Empleado de la empresa de mensajería MRW, es el batería de La Traviata, pero dice abiertamente que le gustan “todas las murgas” y no se pierde ninguna de las actuaciones de todas ellas. Tampoco le duelen prendas al decir que tiene “muy buenos recuerdos” de sus más de treinta años en Triqui Traques. Aparte de murguero, Fito también hizo sus pinitos en la comparsa Danzarines Canarios durante dos años. Es bastante modesto a la hora de definirse como batería y no se cree mejor que los demás: “Sinceramente, hay muy buenos baterías dentro de las murgas. Tampoco soy una persona que tenga que decir si estoy entre los mejores. Pienso que cada uno toca como puede, como sabe y hay que saber respetar a todo el mundo”, agregó.

En su casa guarda numerosos recuerdos relacionados con el Carnaval. De un viaje a Cádiz con Triqui Traques conserva “un pito de chirigota”. Acumula pins y cosas peculiares de su infancia. Define a la murga con términos como “amistad, el sentirse bien y, sobre todo, disfrutar”. Afirma que es un murguero “de pensamiento de antaño” y que le gusta, por encima de cualquier cosa, “el grupo”. Tras haber ganado concursos, obtener varios galardones y vivir muchísimas experiencias carnavaleras, lo que pretende Fito hoy en día es “disfrutar todo lo que pueda con mis amigos”. Lleva 37 años como murguero. Su trayectoria murguera la inició con cinco años. Salió de mascota con Triqui Traques. Su hermano fue el que lo metió en este mundillo. En su único año en Ni Pico-Ni Corto obtuvieron el primer premio de Interpretación y el segundo de Presentación (iban de surferos). También pasó por Chinchosos y desde hace varios años está en La Traviata.

Se puede decir que lo de tocar la batería fue producto de la paciencia de su madre: “Fue muy curioso, porque mi madre me decía continuamente que la tenía loca de la cabeza con tanto ruido. No hacía sino golpear con dos rotuladores una lata de galletas con un lazo amarillo. No puedo olvidarlo. Me siento orgulloso de mis comienzos, porque prácticamente se puede decir que aprendí solo”, añadió.
Por su forma de tocar y por tratarse de una música que le gusta, Fito tiene como baterías referentes a algunos de los grandes: “Me encanta el batería de Rubén Blades y el del grupo mejicano Maná. No quiero dejar pasar de largo a Ringo Star. Me considero fan suyo”, dijo sonriendo. En realidad, Fito es el Ringo de las murgas.

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