Lágrimas e indignación entre los kiosqueros de Las Teresitas

Dos funcionarias de la Gerencia acudieron a la playa acompañadas por seis dotaciones de la Unipol para proceder al precinto de los chiringuitos, a los que han dado 10 días para el desalojo
Urbanismo procede a precintar los kioscos de las Teresitas | Andrés Gutiérrez
Urbanismo procede a precintar los kioscos de las Teresitas | Andrés Gutiérrez
Urbanismo procede a precintar los kioscos de las Teresitas | ANDRÉS GUTIÉRREZ

La indignación dio paso a la incertidumbre y, poco después, a la resignación, al menos de momento. Ayer dos funcionarias de la Gerencia Municipal de Urbanismo, acompañadas por seis furgones de la Unipol, acudieron a la playa de Las Teresitas para comunicar el cierre a cinco de los nueve kioscos con los que cuenta la playa. Los locales Lucas, Carmelo, T5, El Último y El Caracol están ya precintados. Estos son los cinco para los que Urbanismo ya ha recibido autorización judicial para ejecutar su cierre. Gritos, lágrimas, pero también mucha incredulidad ante el hecho de que el Ayuntamiento ejecutara lo que llevaba semanas anunciando: el precinto de los chiringuitos de la playa por carecer de licencia de apertura.

“Llevo 42 años aquí, pagando mis impuestos, la seguridad social de mis empleados. No se cómo pueden hacer algo así”, lamentaba indignada una de las propietarias, Isabel Hernández. Con el cierre de su local, se quedan cinco personas en paro. Junto a ella, Giselle, del T5, se muestra igual de indignada, sobre todo con las formas. “Estábamos atendiendo a los clientes y los han obligado a levantarse de las mesas para cerrarnos”. Lucas Moreno, responsable del kiosco del mismo nombre, miraba apesadumbrado al resto de sus compañeros con la incredulidad reflejada en el rostro; ocho personas se quedan sin empleo. Yolanda Torres, del kiosco Carmelo, con el brazo en cabestrillo y las lágrimas asomando bajo sus gafas, también se mostraba incrédula ante la situación; otras tres personas se quedan en paro. Siete más sin empleo en El Caracol. Los cuatro kioscos que aún permanecían abiertos cerraron sus puertas en solidaridad con sus compañeros. “Han dejado la playa sin servicios; son unos impresentables”, decían.

Los propietarios se aferraban a sus papeles, que, aseguran, demuestran que son legales, que han pagado sus impuestos: recibos de agua, controles sanitarios… conformaban una pila de documentos que no han sido suficientes para convencer al Consistorio. “Si el Ayuntamiento no ha hecho las cosas bien, no es culpa nuestra”, insistían. La indignación crecía por momentos hasta con su propio abogado, al que acusaban de no haber ido a explicarles la situación, de no saber qué hacer. “Vamos al Ayuntamiento a protestar”, decían unos. “Esperemos a ver qué dice el abogado”, comentaban otros.

Les han dado 10 días para sacar las cosas, “como si 40 años los pudiéramos desalojar en 10 días, no es tan fácil”, se lamentaba de nuevo otra de las propietarias. La posibilidad de que los servicios de la playa fueran suplidos con las denominadas furgonetas food truck encendía de nuevo los ánimos. “Les pegamos fuego a ellas y a toda la playa”, gritaban algunos. Una solución, la de las camionetas de comida, que ayer algunos de los propietarios apuntaban a la desesperada.

El presidente de la Asociación de Kioscos, Antonio López, también recibió críticas de sus propios compañeros, porque los locales que no fueron precintados son de su familia. “También nos llegará la orden”, se defendía y explicaba incrédulo la situación: “Han actuado de mala fe”. Su ira se dirigía contra el edil de Urbanismo, Carlos Garcinuño: “No tiene vergüenza. Pretende salvar el mamotreto que tiene tres sentencias firmes y, en cambio, para cerrarnos a nosotros se ha dado toda la prisa del mundo”. A falta de hablar con su abogado, aseguró, lucharán donde haga falta. De nuevo los ánimos se caldean y hablan de prender fuego a la playa.

“Habrá que sacar unos kioscos de temporada para dar servicio a la playa”

El cierre de los kioscos de la playa de Las Teresitas se ha producido inmediatamente después de que se diera a conocer el resultado de los informes que el alcalde, José Manuel Bermúdez, había encargado para conocer la posibilidad de concederles una licencia provisional. Una posibilidad que descartaron. El alcalde insistía ayer en que “estamos ante una situación de legalidad y no de voluntad”, en declaraciones a la emisora Onda Cero. “Me encantaría tener algún resquicio para legalizarlos, porque no hay ningún interés en perjudicar a nadie, pero no podemos ir contra la ley .Caeríamos en prevaricación”.

Preguntado por la posibilidad de que los actuales kiosqueros se presenten a un futuro concurso público, el alcalde señaló que, “si la ley permite que tengan prioridad, la tendrán, si no, no”. “Estudiaremos con mucho cariño el poder puntuar de alguna manera a los empresarios que se hayan dedicado al mundo de los kioscos, pero no garantizo que lo ganen, lo hará la mejora oferta”. De todas formas, avanzó, “habrá que sacar unos kioscos de temporada para dar servicio a la playa”.

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