Cuando la meca del ‘rock and roll’ vino a Canarias

Chuck Berry, padrino y fundador de este género, gracias a canciones tan míticas como ‘Maybellene’ y ‘Johnny B. Goode’, trajo su música a Tenerife y Gran Canaria en 2008
Dos islas bailaron en el año 2008 al ritmo de Chuck Berry. / Sergio Méndez

“Ver a Chuck Berry sobre un escenario era como ir a la meca del rock and roll”. Así lo define hoy el productor canario Juan Salan, que en marzo de 2008, y gracias al promotor Javier Rolo, logró traer a Tenerife y a Gran Canaria a una de las mayores leyendas de este género en el mundo: al padrino y fundador del rock, al compositor de Maybellene (1955), que le dio fama y reconocimiento, a Chuck Berry. Salan recuerda para DIARIO DE AVISOS aquellos dos conciertos con “mucha emoción”. Uno tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife, el otro en Telde. “En el Archipiélago tuvimos la oportunidad única de estar ante una de las figuras más grandes de la música. Él fue mucho más que todos, fue el padre del rock and roll”, enfatiza Salan.

Chuck Berry falleció el pasado sábado en su casa a los 90 años de edad. En un mensaje en su cuenta de Facebook, la Policía del condado de St. Charles, en las afueras de San Luis (Misuri), confirmaba su muerte. Los agentes encontraron al artista inconsciente y, pese a las maniobras de reanimación que se le aplicaron, no pudieron revivirlo y declararon su fallecimiento a las 13.26 hora local.

La carrera de Berry estuvo plagada de grandes éxitos, que puntearon los más de 70 años que pasó en los escenarios. You never can tell, Roll over Beehtoven o Johnny B. Goode, entre muchos otros, pasarán a la historia de la música por su estridente estilo con la guitarra y su ritmo, que le han encumbrado como una de las figuras imprescindibles de la música.

Dos islas bailaron en el año 2008 al ritmo de Chuck Berry. / Sergio Méndez

El 28 de marzo de 2008, a las 21.00 horas, las luces del Palacio Municipal de Deportes de Santa Cruz iluminaron al artista. Sobre el escenario, de “más de 100 metros cuadrados y un decorado de un parco color negro, con 24.000 vatios de sonido”, tal y como contó este periódico, el músico internacional, que tantos himnos juveniles compuso, “ofreció un espectáculo que pareció agradar a todos los asistentes, aunque estuviera más indicado para el baile desenfrenado”, señalaba la información. El legendario guitarrista americano Chuck Berry dio aquella anoche, acompañado por cuatro músicos, un espectáculo “muy sobrio, en el que el rock and roll primó sobre los alardes técnicos”. Aquí dejó sus temas míticos: Johnny B. Goode, Maybellene y Memphis. En cuanto al público, asegura Salan que se esperaba una mejor respuesta. “Mucha gente fue al concierto sabiendo que podía ser la última oportunidad de verlo, ya estaba muy mayor. No tenía la agilidad que desbordaba en su juventud, pero seguía manteniendo el ánimo, la fuerza, el ritmo de sus canciones”.

Salan continúa produciendo grandes espectáculos en la Isla, pero, sostiene, “Chuck Berry solo hay uno”. “A las grandes leyendas hay que verlas si se tiene la oportunidad, nunca sabes qué puede ocurrir. Ahora tenemos el concierto de Aerosmith, que dice adiós a Europa en Tenerife. A ellos hay que verlos, primero por lo que significaron para la música, y también porque hay que apoyar a los productores y organizadores que asumen un riesgo muy grande para que podamos seguir disfrutando de los grandes conciertos sin tener que irnos fuera del Archipiélago”, concluye.

Dos islas bailaron en el año 2008 al ritmo de Chuck Berry. / Sergio Méndez

El pasado 18 de octubre, el guitarrista anunció que iba a lanzar este año Chuck, su primer disco nuevo en 38 años. tras Rock It, de 1979. En ese álbum, dedicado a su esposa Themeta, con quien llevaba casado desde 1948, trabajó el grupo de confianza de Berry, incluidos sus hijos Charles Jr. e Ingrid.

John Lennon llegó a decir una vez: “Si trataran de darle al rock & roll otro nombre, podrían haberlo llamado Chuck Berry”.

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