Una usuaria de twitter, MariaCG, ha denunciado en su cuenta personal un supuesto episodio de maltrato animal a través de un vídeo en el que se puede observar como un hombre engaña a un gato al ofrecerle comida para terminar dándole una durísima patada, lo que hace que el animal salga despedido y caiga fuera de la terraza donde se encontraba. A esta hora, se desconoce si estamos hablando de un vídeo real o de la fecha del suceso, pero la denuncia se ha viralizado a gran velocidad, consiguiendo un gran alcance. Más de 2.700 retuits y 600 me gustas y más de 65.000 reproducciones ha tenido la publicación, que ha despertado una enorme ola de repudio al contenido del vídeo.
MAXIMA DIFUSION! MAxima difusion para encontrar a este maltratador de animales! Toda ayuda es poca para evitar su impunidad! @guardiacivil pic.twitter.com/jQjkIamgVX
— MariaCG (@mariacgn795) 17 de marzo de 2017
@mariacgn795 @guardiacivil @policia @guardiacivil mirar el video de arriba y hacer algo por favor…. No al maltrato ni abandonado animal.
— † (@v_vx_) 18 de marzo de 2017
@mariacgn795 @CFluriana07_ @guardiacivil esto no se puede consentir es una crueldad que hieren los sentimientos a las personas😪😪
— Mariavelis (@mariavelis27) 19 de marzo de 2017
LA POLICÍA LO INVESTIGA
Muchos usuarios de las redes sociales pidieron a la Policía que investigara lo sucedido y los agentes ya se han puesto manos a la obra. Eso sí, todavía está en el aire la autenticidad del vídeo, ya que podría ser un ‘fake’. El medio de comunicación británico Daily Mail ha informado que las imágenes estarían grabadas en el Líbano.
Nos han llegado TODOS vuestros mensajes y los investigadores están en ello. Si tienes más info https://t.co/dfjowlIRzl. NO #MaltratoAnimal https://t.co/OjiQGhEr7N
— Policía Nacional (@policia) 19 de marzo de 2017
PELEAS DE PERROS EN TENERIFE
Hace pocas semanas, las redes sociales también se llenaron de denuncias sobre el episodio vivido en Tenerife cuando el Cuerpo Nacional de Policía Nacional puso en marcha un operativo con ramificaciones en todo el territorio nacional, siendo el municipio de Güímar uno de los puntos, contra las peleas de perros clandestinas, en las que, además, se manejaban apuestas.
La Policía Nacional procedió en aquel entonces a la detención de una treintena de personas que habían acudido a una de estas peleas ilegales. En esta ocasión los perros eran entrenados y alimentados para las peleas con ‘Yorkshires’, que luego arrojaban a un foso.
Este lamentable capítulo de maltrato animal que consternó a la Isla concluyó con que diez personas detenidas en la redada realizada en la finca de La Medida, dentro del término municipal de Güímar, fueron enviadas a los calabozos en aquel momento para declarar, cuatro no pudieron salir de prisión pagando una fianza, posibilidad que sí tuvieron las seis restantes.
REACCIÓN MUNICIPAL
El episodio de maltrato animal que tuvo lugar en Güímar tuvo respuesta política inmediata. “No puedo estar en contra del maltrato animal y permitir que se sigan celebrando riñas de gallos o se mantenga en pésimas condiciones a los perros de caza”, explicó Carmen Luisa Castro, alcaldesa de Güímar. La alcaldesa insistió en que no puede permitirse “la diversión mientras sufre un animal”, en referencia a las peleas de perros o de gallos, incluso a los animales usados en laboratorio. “Me duele que la gente pueda pensar que Güímar es salvaje”.
La alcaldesa también lanzó una clara defensa hacia ‘su’ pueblo, tras las críticas recibidas a nivel nacional, incluso exigió disculpas a la protectora que llamó “pueblucho” a Güímar. “He creído conveniente pensar que la agitación del momento y la irritación del suceso le han sobrepasado y su amor a los animales ha hecho que se extralimitara por pura rabia o indignación”, declaró en aquel momento la alcaldesa popular Luisa Castro.
En otros municipios como Santa Cruz de Tenerife, la Policía Local ha intensificado desde ese momento la inspección de caniles en la zona de San Andrés, ante la reiteración de denuncias particulares sobre el estado de los animales en determinados enclaves del pueblo. Distintas unidades policiales, desde el grupo de Protección del Entorno Urbano (Proteu) a los grupos operativos de servicio e, incluso, anteriormente la Unipol, han inspeccionado estos lugares y emitido los oportunos informes.