“Hoy en día, un campesino medieval sería un hombre ilustrado”

Una vez más, es el Foro Enciende La Tierra, que organiza la Fundación CajaCanarias, la que permite acercarse a un intelectual como el profesor de Antropología (como prefiere que se le denomine) Manuel Delgado Ruiz
Foto FRAN PALLERO

Una vez más, es el Foro Enciende La Tierra, que organiza la Fundación CajaCanarias, la que permite acercarse a un intelectual como el profesor de Antropología (como prefiere que se le denomine) Manuel Delgado Ruiz (Barcelona, 1956). La entrevista arranca a partir del diálogo surgido en los preliminares.

-¿Y por qué ahora, que contamos con más información que nunca, no se traduce en una mejora del nivel cultural medio de la ciudadanía?

“Eso cualquier profesor de hoy en día te lo va a corroborar , pero mucha de esa información es de baja calidad porque no está contrastada o con unas concesiones a la superficialidad escandalosas; la gente lee cosas breves, fáciles y rápidas; cualquier intento de profundizar o de llevar la lectura más allá de unas líneas se vuelve algo difícil de pedir”.

-¿Está de acuerdo con los que defienden que, paradójicamente, vivimos en una era de la ignorancia, que no solo no se esconde como antaño sino que se exhibe sin rubor en público?

“Las redes sociales son una máquina implacable de triturar, de banalizarlo todo, y en ese sentido hacen daño, lo que ocurre es que uno piensa que quizás no cambien tanto las cosas, porque creo que hay gente inteligente ahora como la había antes; siempre habrá gente que lea libros y que se informe a fondo, que no se quede con el primer dato que recibe, y es en esa gente en la que hay que confiar, que suele ser el 10%. Cuando se da clase, se da clase al 10% de los alumnos”.

-¿Y no alimenta ese planteamiento ideas propias del despotismo ilustrado, que mejor sería ser gobernados por una elite intelectual?

“No, no es eso, no se trata de un grupo selecto de intelectuales, no; más bien se trata de que hay gente que tiene acceso a razonamientos que no circulan a ras de suelo, pero siempre ha sido así. Vamos a ver, el pensamiento científico siempre ha sido minoritario, porque por citar un ejemplo, lo que aprende un antropólogo en su primer año de estudios no son conocimientos comunicables”.

-¿Cabría deducir que el error sería que las mejoras tecnológicas, en este caso, el espectacular avance en la información, se traduzca necesariamente en un avance de la cultura o de la
educación de la ciudadanía en general?

“No lo sé. Si le digo la verdad nosotros trabajamos para lo que trabajamos, para que un grupo de personas sea más inteligente y tenga un conocimiento superior al que nosotros llegamos en su día, esperamos que esas personas a las que formamos lleguen a un punto del conocimiento superior al que llegamos nosotros anteriormente. Pero insisto en que este tipo de conocimientos no siempre son transmisibles, ¿Sabes por qué? Porque son información, información real. Creo que el problema radica en confundir la información con la comunicación, porque lo único que puedes comunicar es lo que todo el mundo sabe, y el problema surge cuando quieres introducir información nueva, que es cuando se complica, porque rara vez el gran público (o ni siquiera eso, imagine por ejemplo los políticos y los periodistas, que comparten determinados temas) está dispuesto normalmente a recibir información nueva ”.

-¿No le llama la atención que el nuevo presidente de los EE.UU. haga un comentario en público sobre otro país, como fue el caso de Suecia, y al comprobarse que era falso se limite a decir que se enteró por medios de comunicación afines?

“¿Dónde está el misterio? Es… tonto. ¿Y eso es un inconveniente para gobernar un país? ¿O un requisito?”.

-No lo sé, dígamelo usted?

“La idea de que un intelectual gobierne, bueno, mejor aún, que decida dedicarse a la política, ya de por sí es complicada”.

-¿Por qué nos pasa eso?

“Porque la gente que se dedica a la política son, en su gran mayoría, mediocres. Ojo, que hubieron grandes intelectuales en la política española, como eran Azaña, Besteiro…”.

-¿Pero por qué los intelectuales españoles abjuran hoy de entrar en política? Ocurre en España entera, porque pasa en Canarias, en Cataluña…

“El hecho de que una persona no especialmente inteligente gobierne un país ni siquiera es una novedad, de hecho estaba profetizado en una película que seguramente muchos lectores habrán visto.
Se titulaba Bienvenido Mr. Chance, que se basa en dicha posibilidad, que no es que gobierne a pesar de ser tonto, sino que es precisamente porque es tonto por lo que gobierna”.

-¿Trump gobierna, pues, porque es tonto?

“El poder es comedia, y Trump sin duda es un gran comediante”.

-Entonces, la democracia ¿es una farsa? O, simplemente, el sistema menos malo…

“No. Lo que es curioso es que gente con estudios crea en la democracia”.

-Caramba.

“No soy yo ¿eh?, sino que era Borges el que decía que la democracia era superstición, un abuso de la estadística, y creo que en el fondo tenía razón. Yo soy responsable de una asignatura que se llama Antropología religiosa, y mi misión, o mi trabajo, como quiera llamarlo, es explicar a los estudiantes que los ritos o los mitos que son propios de pueblos antiguos no son atrasados, estarían muy equivocados. Al lado de la gente de hoy, un campesino medieval sería un hombre ilustrado”.

-O sea, que la democracia de hoy es la religión de antaño, que ahora ha perdido fuerza a la hora de convencer, de congregar…

“Juega el mismo papel que jugó la religión en el sentido tradicional de la palabra como factor de cohesión social, como pueden ser ahora mismo las ideologías”.

-O sea, que es un invento, pero un buen invento o, al menos, un invento útil.

“Para un antropólogo no hay nada que no sea inventado. Todo es un invento. Dios también es un invento, como todo lo que pensamos que es natural también son inventos, porque un día habrán tenido su comienzo, luego será colectivo y algún día desaparecerán”.

-Hablando de nacimientos y de colectivos, el hecho de que el 15-M se haya traducido en fuerzas políticas con representación en el Congreso no deja de ser una señal de progreso de este país, porque algo así en los años 70 podía haber desembocado en violencia, al menos en parte.

“[Duda] Es que el 15-M yo lo veo un poco como un revival de lo que supuso el PSOE en la transición. Para muchos todo esto ya estaba visto. Las diferencias entre Pablo Iglesias y el Felipe González de entonces es escasa”.

-¿Por qué los considera como semejantes?

“Es que lo son porque en las etapas de crisis siempre aparecen fuerzas políticas que canalizan la idea de que hace falta un cambio, y se muestran como tales, y pueden hasta merecer el apoyo y la simpatía de una mayoría. Ese fenómeno, que caracterizó la transición española en los años setenta, se está repitiendo ahora. Ese modelo surgido de la transición ha entrado ahora en crisis…”.

-Y por eso surge esta nueva etapa..

“Claro. En el fondo es solo un recambio”.

-¿No resulta paradójico que el 15-M, presentado en sociedad como un movimiento donde el colectivo era el líder, se vea ahora centrado por polémicas personalistas entre Iglesias y Errejón?

“Recuerdo que se repetía entonces en las plazas que ya nuca más habría líderes, pues aquí estamos”.

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