La Pasión según Santa Cruz de La Palma

La celebración de la Semana Santa en la capital palmera concentra un valor artístico único en Canarias y se diferencia por mantener en sus procesiones un orden cronológico ajustado a los hechos narrados en los evangelios
Procesión de Semana Santa en la capital palmera. | Antonio P. Pérez Concepción – Fotocofrade 2016

Hace más de medio siglo que Pier Paolo Pasolini rodó una de las mejores películas realizadas sobre la figura de Jesucristo: El evangelio según San Mateo (1964). El director italiano narra la vida de la figura central del cristianismo tal y como la contó uno de los cuatro evangelistas. Esta fidelidad a la cronología que marcan los hechos de la Pasión está plasmada también en las distintas secuencias de las que se compone la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma.

Fidelidad cronológica que es una de las características que singularizan a la Pasión de la capital palmera y la diferencian frente al resto de estas expresiones en España, al menos entre las más conocidas. Una ordenación de los pasos que tradicionalmente se ha achacado al Padre Díaz, sacerdote liberal del siglo XIX que dejó una impronta imborrable en la cultura palmera, pero que los estudios que ha hecho el investigador Juan José Rodríguez – Lewis sobre la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma retrotraen al siglo XVII. Un criterio con el que coincide Jesús Pérez Morera, profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna.

En el siglo XVII, explica Rodríguez – Lewis, ya desfilaban por la ciudad los principales pasos siguiendo el orden cronológico que marcan los evangelios: “El Santo Entierro, el Nazareno, El Huerto, la Negación de San Pedro y la Piedra Fría”. Y a medida que se van incorporando nuevas procesiones, se van ajustando al orden en que se narra la Pasión. Añade también que otra de las características de la Semana Santa de Santa Cruz que la diferencian es el hecho de que no se repiten escenas, como sí ocurre en muchos otros lugares.

Jesús Pérez Morera, por su parte, sostiene que la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma “refleja la identidad cultural isleña, que se ha ido forjando a lo largo de los siglos, y tiene una personalidad muy definida”. Ahí están plasmadas las influencias recibidas por el comercio, la emigración y las relaciones humanas de La Palma con el exterior. De alguna manera sintetiza “el ADN de la cultura palmera, plasmada en esta celebración y hecha arte”.

Así las cosas, señala que “desde fechas muy tempranas -el siglo XVI- hay imaginería procedente de Flandes y el Nuevo Mundo”, fruto de las relaciones comerciales, la navegación y las corrientes migratorias. Así, por ejemplo, señala la imagen del Señor de la Piedra Fría, de origen mexicano, o la imaginería flamenca, como la Virgen de La Piedad. A este repertorio, se unió posteriormente, en el siglo XVIII, la imaginería andaluza, con El Señor de la Caída, “encargada al mejor escultor en ese momento de Sevilla, Benito de Hita y Castillo”.

Imagen del Señor de la Piedra Fría. | Erick Alejandro – Fotocofrade 2016

Pérez Morera indica que con posterioridad llegó la escultura isleña de la mano de Fernando Estévez, que “fue quien mejor definió un estilo, una forma, una sensibilidad y un gusto palmero”. “Sus imágenes marcaron mucho. No es una imaginería estridente, ni dolorosa, sino de formas dulces, llenas de belleza, con expresión contenida y serena”, añadió.

El papel del Padre Díaz es capital y con las imágenes de Estévez que incorpora a la Semana Santa, las que hace él y las que se van encargando a otros autores convierte en neoclásica una celebración que era barroca, explica Rodríguez – Lewis, que está convencido de que no tiene parangón con ninguna otra de Canarias. “No hay muchos sitios de la Península que tengan el nivel de las imágenes” que las que desfilan por las calles de la capital palmera durante la Semana Santa.

Pérez Morera defiende que la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma tiene una identidad que hay que preservar. “Todo estaba muy medido y ajustado a las proporciones de la ciudad. Los pasos son pequeños, adaptados a las medidas de las calles, en el trazado de una ciudad que se presta a la belleza de los trayectos procesionales”.

 

El Calvario, frente a la iglesia de El Salvador. | José Vicente Álvarez Lorenzo – Fotocofrade 2016

A pesar del enorme valor patrimonial que encierra la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma, ambos investigadores echan en falta la presencia de algunas obras de distinta autoría. En el caso de Rodríguez – Lewis, sostiene que “nos falta una obra de Luján Pérez”. Mientras que Pérez Morera señala que hay alguna carencia de obras italianas y genovesas, que sí procesionan en otros lugares de Canarias. “Hubo familias italianas en La Palma, pero no con una relación tan estrecha como en otros centros del Archipiélago”.

Rodríguez – Lewis también es partidario de crear una “carrera oficial” por donde pasen todas las procesiones y se pueda dotar de un graderío para que el público las pueda seguir. En este sentido, cabe recordar que la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma fue catalogada en el año 2014 como Fiesta de Interés Turístico de Canarias. El investigador defiende que esta distinción “es una forma de protegerla, realzarla y atraer más gente a Santa Cruz de La Palma que no conoce nuestra Semana Santa”.

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