Las obras de la primera fase del puerto de Granadilla enfilan su recta final. Los primeros barcos y plataformas petrolíferas atracarán en la infraestructura sureña, que ha sufrido un retraso superior a los 10 años respecto a las previsiones iniciales, en el mes de junio. Serán buques que transportarán torres de grandes aerogeneradores, cuya instalación está prevista en el Sur, y embarcaciones con contenedores para transbordo y de suministro de combustible, que evitarán el traslado por la autopista desde Santa Cruz al Sur (sobre todo al aeropuerto), lo que reducirá la carga de tráfico y el riesgo, ya que el transporte hasta las instalaciones aeroportuarias se realizará por una vía interior. Las plataformas también empezarán a llegar en los meses de verano, para ser reparadas.
Así lo confirmó, en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS, el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Ricardo Melchior, en la que adelantó que el 31 de julio es la “fecha tope”, ya aprobada esta semana por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, para finalizar la obra contratada, es decir, el dique exterior, el arranque norte del muelle de ribera y toda la infraestructura necesaria para el suministro de combustible. De hecho, hoy ya podría atracar un barco o una plataforma, aunque no se les podría ofrecer todos los servicios que demanda.
24 horas de trabajo al día
El dique exterior, de tres kilómetros y medio de extensión y con un calado de 16 metros, tiene un presupuesto de 120 millones de euros. Tras su conclusión quedará por acometer la segunda fase: el muelle de ribera, que incluye línea de atraque y una superficie adosada como terminal de contenedores. Los trabajos se han acelerado desde el mes de octubre pasado: 300 personas trabajan 24 horas al día para cumplir los plazos previstos. “Esta obra sale adelante con un gran esfuerzo humano de los técnicos de la Autoridad Portuaria, de las empresas adjudicatarias, de las subcontratadas… Gracias a esa entrega de tanta gente estamos a punto de terminar un puerto importante para la historia de Tenerife, de Canarias y del Atlántico Medio. Contaremos con una plataforma capaz de hacer todo, y eso es fundamental en un mundo globalizado que exige una gran competitividad”, manifestó Melchior.
La presencia de plataformas petrolíferas, un sector que está claramente en auge en los últimos años, formará parte del paisaje de la instalación del sur de Tenerife. Ahora mismo, Santa Cruz alberga 11 y la falta de espacio obliga a tres a permanecer por fuera del muelle. La mayoría de ellas vienen desde el Golfo de Guinea e incluso desde Brasil para ser reparadas, ajustadas técnicamente o incluso desguazadas, “aunque este no es el lugar más adecuado, porque se requiere una importante cantidad de maquinaria pesada”, explicó Ricardo Melchior.
DIQUE FLOTANTE
El presidente de la Autoridad Portuaria también avanzó que “muy probablemente” antes del verano la Isla contará con un “gran dique flotante” para reparar barcos en el mar. “Será un módulo de una envergadura considerable, entre 250 y 300 metros, el mayor de Canarias y me atrevería a decir que, seguramente, de España. Podría estar en Granadilla o en Santa Cruz, dependerá del nivel de operatividad y del interés de la empresa”. Su mecánica es sencilla: los barcos acceden navegando a este astillero flotante y, una vez dentro, se vacía el agua y se trabaja en seco.
Ricardo Melchior también adelantó que a finales de noviembre Granadilla suministrará gas natural líquido al primer crucero, de la compañía Aida, que atracará en el muelle de Santa Cruz. El gas se traerá en cubas, ya que la planta gasificadora no estará terminada hasta 2019. “Ha habido una lentitud impresionante del Ministerio de Industria”, lamenta, “pero ya contamos con todas las bendiciones para que opere la empresa nacional Enagas”. Hay que recordar que Bruselas ha puesto como límite el año 2020 para que todos los barcos que toquen alguno de los puertos de la UE utilicen como combustible gas natural líquido. “Por eso la regasificadora será muy importante. Espero que a partir de 2019 se pueda suministrar a buques directamente en Granadilla y transportar a Santa Cruz para el abastecimiento de las embarcaciones que atraquen en la capital. “Nuestro compromiso -reiteró- es que a partir de 2019 tengamos gas natural aquí, una parte para el consumo local y otra para los puertos de la provincia y de Canarias, porque en esa fecha no habrá otra regasificadora”.
La obra está dirigida por Javier Mora y Elena Roso. La ejecuta una unión temporal de empresas integrada por Sato, del grupo OHL, especializada en construcciones marítimas, y Fomento Construcciones y Contratas. “En sí no es complicada, aunque la principal dificultad la tuvimos en el suministro de áridos desde un desmonte del polígono industrial”, afirma Elena Roso, que aporta un dato bastante clarificador: “Esta obra tiene cuatro millones de metros cúbicos de material y el trámite medioambiental para proceder al movimiento de tierra en el polígono dilató los plazos, porque durante un tiempo nos quedamos sin fuente de suministro. Esa ha sido la mayor dificultad”. El convenio suscrito con el polígono industrial contemplaba la ejecución del movimiento de tierra y hacerse cargo del excedente de material a cambio de dejar la zona explanada.
Otro de los inconvenientes, aunque de importancia menor, fueron los parones puntuales que se produjeron los días de fuerte oleaje y que impedían operar al barco. Aun así, y a pesar de todas las dificultades, la codirectora no duda en calificarla como una “obra bonita”.
“La obra más estudiada de Europa y, probablemente, del mundo”
“Estoy seguro de que Granadilla es el puerto más estudiado de Europa y, probablemente, del mundo. Hoy lo podemos asegurar, y ahí está el Observatorio dirigido por Antonio Machado para ratificarlo. A mi juicio, se desató una alarma exagerada desde determinados sectores medioambientalistas”, asegura el presidente de la Autoridad Portuaria. “Los principales inconvenientes planteados han sido justificados ante Bruselas: ninguna tortuga Caretta caretta podía desovar allí, porque para ello necesita playas de 100 metros; la piña de mar no estaba en peligro de extinción, ya que solo en Tenerife hay unas 170.000; los sebadales al norte y sur del puerto están florecientes, y el escarabajo Pimelia canariensis está a salvo”. Precisamente, la posible afección a los sebadales obligó a la paralización de la obra entre febrero de 2009 y julio de 2010.
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