No es error de tipeado. El título elegido define lo que actualmente ocurre con la ALBA (Alianza Libre Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), creada por iniciativa del extinto presidente venezolano Hugo Chávez, en 2004, buscando convertirla no tanto en un contrapeso al NAFTA ideado por Estados Unidos, sino para fagocitarse al Mercado Común del Sur (Mercosur) y el Pacto Andino, convencido de que el mundo debería, así, negociar con una Latinoamérica con capital en Caracas.
Hoy, ese sueño mesiánico está en su ocaso según la “foto de familia” de su reciente Cumbre en La Habana, donde solo se ve a los líderes de cuatro fundadores: Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia. El resto (Antigua y Barbuda; Dominica; Granada; San Cristóbal y Nieves; Santa Lucía; San Vicente y las Granadinas; Surinam y Honduras) mas los países observadores (Haití, Irán y Siria) han desaparecido al igual que Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
De estos cuatro últimos, si bien se justifica su ausencia, ante las diferencias ideológicas de sus actuales gobiernos con las de los líderes “chavistas” que aún perviven en la ALBA, lo cierto es que, ni aún gobernando actualmente Néstor y Cristina Kirchner, Rafael Lugo, Lula da Silva y José Mujica -líderes de países plenos del Mercosur- hubieren asistido, pues en 2004 solo disimularon por conveniencia su apoyo a la ALBA, a sabiendas que Chávez buscaba fagocitarse el Mercosur, quitando poder de decisión a sus países, como pudo verse días atrás en el triste espectáculo brindado, en Buenos Aires, por la ministra de Asuntos Exteriores venezolana, exigiendo la presidencia “pro-tempore” del Mercosur.
La ALBA y su intento de fagocitarse Mercosur y Pacto Andino, convirtiendo a Caracas en una “Bruselas latina”, ha acabado en un ocaso visible en esa triste foto de familia de líderes también en su ocaso político.
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