Pablo Casado, el entrenador que dejó su impronta en el Canarias

El técnico zamorano, que falleció el pasado lunes en Gran Canaria, dirigió al equipo lagunero en dos etapas, logrando el ascenso a Primera División y a la recién creada ACB
Pablo casado, junto a otro exentrenador del CB Canarias, José Carlos Hernández Rizo. DA

Pablo Casado, que fue jugador y técnico del CB Canarias, murió el pasado lunes en Gran Canaria a los 73 años de edad. El técnico, que nació en Zamora, estuvo estrechamente unido a la historia de la entidad aurinegra a principios de los años ochenta.

Su primera toma de contacto con el club aurinegro data de las temporadas 1962-1963 y 1963-1964, cuando se trasladó a estudiar a La Laguna y vistió la elástica canarista, para marcharse posteriormente a Madrid a estudiar Arquitectura.

Casado ejerció de entrenador en las categorías inferiores del Estudiantes, hasta que en 1979 Pepe Cabrera, entrenador y alma mater del CB Canarias, y Federico Isidro de Lis, entonces director de la Caja Rural, patrocinador del equipo insular, gestionaron su fichaje.

Bajo su dirección, el CB Canarias logró ascender a la máxima categoría del baloncesto español. Ocurrió en la campaña 1980-1981, cuando los tinerfeños ocuparon una de las tres plazas de ascenso.
Casado dirigiría de entrada al CB Canarias en su fugaz paso por la élite de la campaña 1981-1982, aunque no acabaría la temporada. Pese a todo, sus lazos con la directiva, y especialmente con Pepe Cabrera, continuarían muy vivos, hasta el punto incluso de que volvería a hacerse cargo de la escuadra canarista en la campaña 1982-1983, para ascenderla de nuevo a la recién creada ACB.

Fernando Esquivel

Quién no recuerda el ramillete de buenos jugadores que estuvieron a las órdenes de Pablo Casado en el CB Canarias a principios de los años 80, como fueron Richi Bethencourt, Ventura de la Rosa, Domingo Camacho, Fernando Esquivel, Manolo de las Casas o Juan Méndez, entre otros. También jugadores de la Península como Chinche Lafuente, Chus González, Alberto Abalde, padre del actual jugador del CB Joventut de Badalona, o Antonio Titi García.

“En mi etapa como jugador tuve muchos entrenadores, y para mí Pablo Casado fue el mejor”, asegura Fernando Esquivel, que jugó de base en el conjunto aurinegro. “Cuando llegó del Estudiantes me sorprendió el ritmo y la intensidad que empleaba en los entrenamientos, a lo que no estábamos acostumbrados en la Isla. A los jugadores nos encantaba su método de trabajo, era un líder y técnicamente estaba muy bien preparado. Era una persona muy intensa, pasional, con un fuerte temperamento, que vivía lo que era el equipo y el baloncesto”, recuerda Esquivel.
“En Madrid -prosigue Fernando Esquivel-, junto a otros socios, abrió un pub especializado en baloncesto que se llamaba Rebote. En aquella época no había tanta tecnología para ver vídeos de la NBA, y la gente del mundo del baloncesto acudían allí a verlos. Cuando los equipos íbamos a la capital a jugar nos llevaba a su pub y allí veíamos a jugadores del Madrid y de otros muchos equipos”, afirma el exjugador del CB Canarias.

La mesa y la escoba

Fernando Esquivel recuerda una anécdota cuando estuvo a las órdenes de Pablo Casado que no tiene desperdicio. “Estábamos preparando un partido contra un equipo catalán en el que militaba Miguel Tarín, un gigante de 2,20 metros, y durante toda la semana previa al partido Pablo se subía a una mesa y se ponía en mitad de la zona con una escoba y nos obligaba a entrar a canasta. Con la escoba nos iba poniendo tapones a todos haciendo de Tarín, para cuando llegara el partido estar acostumbrados a tener delante a un jugador de tanta envergadura. Recuerdo a Richi Bethencourt, Eduardo Aciego y demás compañeros entrando a canasta y él poniendo gorros con la escoba”.

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