Sí se puede pide una playa de perros para Candelaria

Sí se puede propone al Ayuntamiento de Candelaria que se habilite una playa para perros en el municipio. La portavoz del grupo municipal ecosocialista, Mayca Coello, defenderá en la sesión plenaria de este miércoles, 29 de marzo, una moción dirigida a que se planifique, acondicione y ponga en uso “una playa para perros amplia, accesible, equipada y adecuadamente delimitada en Candelaria”.

La organización ecosocialista se hace así eco de una iniciativa ciudadana, que ha registrado en la corporación una solicitud firmada por 300 personas para conseguir este objetivo. Coello recuerda en el texto de la moción que el municipio cuenta con un mínimo de 6.000 perros censados, lo que equivale a “un perro por cada cinco personas residentes”.

La portavoz ecosocialista recuerda que hace unos años se puso en marcha una iniciativa parecida, que ubicada este espacio recreativo en Samarines y que “no ha tenido un resultado positivo ni ha satisfecho esta demanda ciudadana”, porque no contaba con las características amplitud, accesibilidad, comodidad y equipamiento necesario. A juicio de Sí se puede, es posible contar con un espacio de estas características que a su vez esté “adecuadamente delimitado”, lo que “entendemos que entraña beneficios directos e indirectos para los vecinos y vecinas de Candelaria, y minimiza las molestias si se planifica adecuadamente”, subraya Coello.

Además de las ventajas para la salud de las mascotas, la concejala apunta que contar con una playa de estas características para el uso de los perros y sus propietarios significa “un aliciente para atraer un turismo local y foráneo muy especial, de mayor poder adquisitivo que viaja con sus mascotas”. De hecho, Coello menciona en el texto de la moción que “los hoteles empiezan a plantearse estos términos de promoción”, como puede comprobarse en la página web Home away o la Guía Repsol en Internet, que destacan apartados específicos sobre este tipo de playas.

La portavoz de Sí se puede es consciente de la polémica que genera este tipo de uso en las playas y, por ese motivo, apunta que “es conveniente planificarlas y diseñarlas adecuadamente, garantizando el bienestar de las personas usuarias y la no perturbación de las residentes en su entorno”, y cita el caso de medidas adoptadas en este sentido por el Ayuntamiento de Barcelona.