Un 18% de los canarios ha mentido alguna vez a su médico

La edad es un factor clave a la hora de ser honestos o no con el especialista de la salud, tal y como demuestra el estudio 'Los españoles y la medicina 2.0', elaborado por Doctoralia
MEDICINA DOCTOR
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Por sexos, en las Islas Canarias las mujeres son más mentirosas que los hombres dentro de la consulta del médico. / PIXABAY

Un 18% de los pacientes canarios confiesa que alguna vez ha mentido u ocultado información a su médico, ya sea por vergüenza, para ocultar algo que no deberían haber hecho o por nervios, según el estudio ‘Los españoles y la medicina 2.0’, elaborado por Doctoralia.

La edad es un factor clave a la hora de ser honestos o no con el especialista de la salud, tal y como demuestra el estudio. Al contrario de lo que sucede a nivel nacional, donde a medida que la edad aumenta las mentiras decrecen, en Canarias los más mentirosos son los de 55 a 64 años (33%), seguidos de los de 45 a 54 (28%).

Sin embargo, los más honestos no son los más jóvenes: de 18 a 24 años, pues un 22% afirma haber mentido alguna vez a su médico. El porcentaje más bajo se encuentra en los canarios de edades comprendidas entre los 25 y los 35 años (6%).

Por sexos, en las Islas Canarias las mujeres son más mentirosas que los hombres dentro de la consulta del médico. Un 26% de ellas afirma haber mentido, mientras que el porcentaje de los hombres se sitúa en el 10%, un poco menos que la mitad. Este dato sigue la tónica nacional, pues en España un 16% de las mujeres y un 11% de los hombres dice haber mentido alguna vez.

¿POR QUÉ MENTIMOS?

Los motivos que llevan a los pacientes canarios a mentir a su médico son diversos, pero hay uno que destaca por encima de los demás: no querer revelar ciertos aspectos de la intimidad (36%). Saber que se ha hecho algo malo para la propia salud es el segundo motivo más citado (21%), seguido de la vergüenza (7%).

Aunque en otros contextos ocultar algún detalle u omitir cierta información no sea grave, en la consulta del médico sí puede traer consecuencias negativas, y más si se hace de forma recurrente. Psicólogos de la University College de Londres descubrieron el año pasado que, cuando las personas cuentan mentiras, por pequeñas que sean, el cerebro se desvincula emocionalmente de los sentimientos que se generan cuando mentimos (culpa, miedo, frustración…) y se adapta a esta nueva situación.

Así, cada vez nos cuesta menos engañar y nuestras mentiras van multiplicándose. Este hecho puede afectar negativamente a nuestra salud, pues estaremos evitando que nuestro médico obtenga toda la información que necesita para tratarnos correctamente.

Tal y como explica el Dr. Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, “a menudo, el paciente no quiere ir al médico porque teme lo que éste le va a decir: le va a prohibir cosas o le va a decir que no ha hecho bien el tratamiento, por ejemplo, y ante este caso, mentir es un mecanismo mental de protección”.

“Afortunadamente los tiempos están cambiando y el paciente empoderado, consciente de la importancia que tiene cuidar de su bienestar y estar informado en cuanto a temas de salud, cada vez se está implicando más en el proceso de diagnóstico y toma de decisiones. Por eso, el dicho del famoso personaje televisivo Dr. House de ‘Los pacientes siempre mienten’ es cada vez menos vigente”, señala el Dr. Llordachs.

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