225 años de la ULL

Las cosas que nos importan las preparamos con esmero y atención. No solemos improvisar los acontecimientos conmemorativos o la organización de eventos especiales

Las cosas que nos importan las preparamos con esmero y atención. No solemos improvisar los acontecimientos conmemorativos o la organización de eventos especiales. Por eso nuestra diócesis se ha comprometido a dedicar el quinquenio 2015-2020 a preparar y realizar una Misión diocesano con ocasión del 200 aniversario de su creación como Iglesia particular. Este fin de semana se está celebrando las IV Jornadas diocesanas de Nueva Evangelización en las instalaciones del Seminario Diocesano con esta finalidad. Vivir y anunciar el evangelio exige evitar cualquier género de improvisación; y de lo que hay que preparar, lo más importante es, sin duda, nuestras personas y nuestra espiritualidad. Nuestro ser para mejor saber hacer.

Por otro lado, y al hilo de esta dinámica de celebración de aniversarios, esta semana hemos asistido a la visita de los reyes de España, Felipe y Letizia, a Tenerife, entre otros motivos, para conmemorar el 225 aniversarios de la fundación de la Universidad de San Fernando de La Laguna, la ULL. Ya son años… Casi un cuarto de milenio. Muchos años prestando el extraordinario servicio de preparar a los profesionales que ofrecen a nuestra sociedad muchos servicios necesarios y oportunos. Hombres y mujeres del pensamiento y la cultura que convierten las aulas y los libros en ocasión de servicio al bien común.

Las universidades nacen cuando se supera aquel restringido concepto medieval de que el saber es cosa de frailes y mujeres… El saber del caballero estaba vinculado a la espada y a la cabalgadura. De la mano de la Iglesia surgen las primeras universidades en las que la teología, la filosofía y el derecho estructuraban el saber. Luego se le unieron la medicina y las artes liberales, las ciencias experimentales, etc. La confianza en la razón humana, aspecto entre los que reconocemos la grandeza del ser humano, imagen de Dios, nos ofrece la posibilidad de confiar en el saber humano como itinerario de desarrollo y progreso de la humanidad, como el modo de obedecer a aquellas primeras palabras, «dominad la tierra» humanizándola con responsabilidad.
Hemos de sentirnos dichosos de poder contar en Tenerife con la sede de una universidad bicentenaria. Dichosos y responsables. Porque es tan fácil abandonar la confianza en la razón y en las posibilidades del saber tintándolo todo con el oscuro aspecto de la ideología. Que no desaparezca de nuestra sociedad esta necesaria actitud de confianza.

Juan Pedro Rivero González
@juanpedrorivero

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