El Gobierno experimenta su primera derrota efectiva tras la ruptura con el PSOE

La minoría de Clavijo ha quedado en evidencia en numerosas ocasiones desde el cese de los socialistas, pero hasta la iniciativa del Cabildo de Tenerife no había habido consecuencias jurídicas

Detalle de la segunda jornada del pleno parlamentario de esta semana. / SERGIO MÉNDEZ

Hasta ahora, las simbólicas derrotas del endeble Gobierno de Canarias se habían ido por el barranco de la dialéctica. Pero el grupo Nacionalista (CC-PP) experimentó este martes su primer revés efectivo, de premio para la oposición, al rechazar el Parlamento la proposición de ley del Cabildo de Tenerife sobre la extracción de áridos en Güímar. Ni siquiera Agrupación Socialista Gomera votó esta vez a favor. Se abstuvo. Los llamativos calcetines del presidente de la corporación insular, con los colores de la bandera del Reino Unido, no anunciaban buenas noticias. Aunque se desconocían las verdaderas intenciones de Carlos Alonso, allí había tomate. No en las medias, sino en el ambiente. Con informes “contundentes” de tres consejerías del Ejecutivo autonómico en contra, PSOE, PP, Podemos y Nueva Canarias tumbaron la iniciativa y, alegóricamente, reivindicaron la regeneración de una degradada minoría. José Miguel Ruano (CC-PNC) se quejó de que habían ido a decir no. El diputado socialista Gustavo Matos se recreó en la “soledad” de Alonso, puesto que no estaban los consejeros de Industria, Pedro Ortega, y Política Territorial, Nieves Lady Barreto. Tampoco el presidente, Fernando Clavijo. “No acudió probablemente para no apretar el botón”, bromeó Matos. Bueno, o porque viajaba a Madrid para asistir a la firma del acuerdo del PP con CC relativo a los Presupuestos Generales del Estado. Después de la ruptura oficial del pacto con el PSOE, Clavijo se agarra a cualquier tabla de salvación que le coja de paso, cual “náufrago que suplica que lo rescaten”. Esta ilustrativa expresión la usó la portavoz del grupo Popular, Australia Navarro, en el pleno extraordinario del 19 de enero, al que llegó “arrastrándose” para explicar los antecedentes y las consecuencias del cese de los cuatro consejeros del PSOE, en las navidades de 2016, tras los “conflictos constantes” y los “desprecios mutuos” de los dos socios. Por eso, lo conminaron a “pedir perdón” a los canarios por la “insensatez”.

En el debate de política general de marzo, el denominado bloque del cambio visualizó cómo le marca el paso a Clavijo. El éxito más significativo de esa convocatoria anual fue la resolución impulsada por NC, apoyada por el PP, PSOE y Podemos, para reformar el sistema electoral en las Cortes y en el Parlamento canario con miras a 2019. La importancia de tal posicionamiento se deriva del correctivo al intento de CC-PNC, PP y ASG de limitar la capacidad del Congreso y el Senado para alterar las bases del régimen electoral. Finalmente, el PP recapacitó. El reafirmado líder regional, Asier Antona, se ha propuesto rentabilizar su papel de personaje clave en la trama mediante un relato para cada rato. El desenlace lo fía a la próxima renovación de la Cámara. Entretanto, lo que cuenta son las cuentas. En un formato de cifras y letras, los concursantes de la política canaria se distancian de los juegos televisivos. Entre otras razones, porque recelan de la objetividad de RTVC. Por lo visto, a la carta de ajuste de la cadena pública le falta el sello de calidad. Y el de credibilidad.

En este gran carajal, el Parlamento, incluidos los representantes de CC-PNC, emplazó al Gabinete de Clavijo, el 7 de enero, a que revocara el permiso a Red Eléctrica Española (REE) para el tendido aéreo en Lanzarote y Fuerteventura a la espera de una solución consensuada con las administraciones de esas islas. Tal desautorización en toda regla a Ortega precedió a la cura de humildad a José Manuel Baltar, a quien empujaron en una camilla de urgencias sanitarias.

 

Calvario cuando pase la Semana Santa

La modificación de los aspectos económicos del REF y los, a priori, ventajosos presupuestos nacionales de 2017 para Canarias son oxígeno para la asfixiante situación por la que atraviesa Fernando Clavijo. El presidente respira aliviado antes del calvario que se barrunta para después de Semana Santa. La procesión va por dentro.

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